Con un análisis de casos resonantes del Departamento Judicial Quilmes, el fiscal Sebastián Videla, disertó ayer ante la Federación Argentina de la Magistratura abordando la temática de femicidios.
El experimentado representante del Ministerio Público comenzó su alocución refiriendo a características comunes de los hechos del femicidio. Videla se explayó además sobre las circunstancias de litigación en torno a juicios por jurados y la relevancia del testigo experto como prueba sustancial en este tipo de procesos donde “los elementos probatorios deben ser de calidad”.
Los casos de Yamila Pacheco; Mónica Garnica Luján y Miriam Velázquez -los dos últimos femicidios consumados y el primero tentado con gravísimas quemaduras para la joven- todos acontecidos en jurisdicción del Departamento Judicial Quilmes y donde el doctor Videla fue el responsable de las acusaciones fueron los ejemplos para describir las características de procesos judiciales de femicidio.
Asimismo abordó jurisprudencia de otros países y se refirió acerca de la necesidad de la “calidad de prueba como del trabajo interdisciplinario” a los fines de acreditar los cargos en procesos de jurados donde los ciudadanos deben pronunciarse sobre veredictos de culpable o no culpable.
Por otra parte mereció varios momentos de la exposición la audiencia de selección de jurados al momento de definir las acciones a llevar adelante en un proceso de estas características considerando la conformación de los 12 ciudadanos que serán los encargados de impartir justicia.
Los casos
El 26 de julio de 2015, Miriam Velázquez murió al recibir un balazo en la boca luego de forcejear con su marido, el suboficial Carlos Alberto Ortiz. El hecho se registró durante una violenta discusión que la pareja mantuvo en la vivienda que compartían en la calle 885 de La Cañada, Quilmes Oeste, inmediatamente después de que regresaran de una fiesta realizada en San Francisco Solano.
En otro de los casos expuestos por el fiscal, Yamila Pacheco resultó con graves quemaduras en su rostro, manos y cuerpo, luego de que su exnovio la rociara con combustible y la prendiera fuego en 2018 en la zona oeste de Quilmes.
Mónica Garnica Luján fue quemada viva en diciembre de 2017, lo que le provocó la muerte tras agonizar en el Hospital de Quemados. Según se determinó, fue su pareja, padre de los tres hijos de la víctima, quien le provocó las quemaduras en más de la mitad de su cuerpo. La mujer terminaría muriendo el 10 de enero de 2018. Por ese entonces estudiaba en la UNAJ y trabajaba para mantener a sus hijos, con quienes vivía en una casa de Berazategui.