Seis personas fueron demoradas y se clausuraron cinco depósitos y empresas vinculadas al comercio ilegal de cobre. Durante el procedimiento lograron incautar 220 toneladas de cobre en diversas formas, incluyendo cables prensados, lingotes, bobinas y cables recubiertos, cuyo valor de mercado asciende a $1.870.000.000 o USD 1.857.000.
Además, se secuestraron dos armas de fuego, más de 400 municiones y 2.500 kilos de monedas de curso legal vigente en distintas denominaciones, con un valor estimado en metal de $12.950.000 (USD 12.860). Estos elementos eran comercializados de manera clandestina a través de una red organizada que operaba en varias localidades del conurbano bonaerense.
Este allanamiento en Bernal fue clave para desmantelar la organización ilícita, considerada una de las más grandes de los últimos años.