El escribano detenido en la noche del pasado miércoles cuando fue sorprendido arrojando el cadáver descuartizado de un hombre en las orillas del río Luján, a 50 metros de la basílica de esa localidad, se negó hoy a declarar ante la fiscal de la causa, informaron fuentes judiciales.
Se trata de Ricardo Ignacio Baladía (56), domiciliado en el partido de Morón, quien esta mañana fue trasladado a la sede de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 10 descentralizada de Luján, donde fue indagado por Mariana Virginia Suárez, interinamente a cargo de esa dependencia.
Fuentes judiciales informaron a Télam que la fiscal lo imputó por el delito de “homicidio simple” y ya pidió la conversión de la aprehensión en detención ante el Juzgado de Garantías 1.
Baladía está acusado de matar y descuartizar a quien se cree que era un jardinero de 42 años domiciliado en Villa Tesei, que aún no fue identificado formalmente ya que solo fueron hallados partes de restos humanos y la víctima no pudo ser reconocida a simple vista.
Según las fuentes, en una declaración a la Policía, sin validez judicial, el escribano detenido dijo que había matado a ese hombre porque le había robado en su escribanía, que se cree fue la escena primaria del crimen.
De acuerdo con los resultados de la autopsia realizada ayer sobre las partes mutiladas del cuerpo halladas, la muerte de la víctima fue producto de una herida de arma blanca de un solo filo a la altura del tórax que afectó corazón y vasos vitales.
Según voceros judiciales, luego de la muerte se procedió al desmembramiento del cuerpo, lo que se realizó aparentemente con un hacha o una sierra hallados en poder del acusado.
Los forenses le dijeron a la fiscal tras la autopsia que les llamó la atención la cantidad de lesiones post mortem detectadas y consideraron el hecho como una obra “morbosa”, que demuestra “odio” y que es producto de “una mente perturbada”, añadieron los voceros.
El hecho se descubrió el miércoles alrededor de las 21 en la zona conocida como “Recreo Colonial”, un paseo que está siendo restaurado por el municipio y donde además hay un restaurante homónimo, ubicado en el cruce de las calles Salveire y Bartolomé Mitre, a orillas del río Luján.
Un vecino vio un auto sospechoso detenido y escuchó que arrojaban algo al agua, por lo que se comunicó con la secretaría de Seguridad de Luján, desde donde enviaron un móvil policial.
Al acercarse al auto, un BMW plateado modelo 528, patente CRE834, los policías vieron a un hombre con las manos con sangre y advirtieron que acababa de arrojar al río una valija que al ser recuperada estaba vacía pero ensangrentada.
Los efectivos encontraron entonces el torso de un cadáver con la cabeza destruida y un balde con otros restos humanos en el baúl del vehículo.
Baladía quedó detenido y en su poder se secuestraron 20.700 dólares.
En un principio, el escribano dio varias versiones extrajudiciales contradictorias respecto a quién era la víctima, ya que primero dijo que era una mujer y luego le confesó extraoficialmente a la Policía que era un hombre, cuyo DNI estaba en una billetera hallada en su auto al momento del arresto.
Según esta última declaración, que carece de validez legal por no haberse realizado ante la Justicia, mató a ese hombre a balazos y luego lo descuartizó por una discusión por dinero, ya que lo había denunciado a él y a su mujer por haberle robado de la escribanía cerca de 50.000 dólares.
El documento de la presunta víctima pertenece a Miguel Alejandro Pereyra (42), un jardinero cuyo vínculo con el escribano se investiga.
En el inicio de la pesquisa, la fiscal Suárez ordenó allanar la escribanía de Baladía, ubicada en la calle Almirante Brown 1085, de Morón, que se cree que fue la escena primaria del crimen, ya que se encontraron manchas de sangre y se secuestraron vainas servidas, un cuchillo y una hidrolavadora. También se allanaron la casa del imputado, ubicada a tres cuadras de la escribanía, en Santa Fe 1089, y se envió una comisión policial a Castelar y Villa Tesei, los domicilios de la presunta víctima.
Voceros judiciales confirmaron que el escribano había realizado una denuncia ante la Justicia de Morón por un faltante de dinero, pero dirigida a una mujer. Además, dijeron que se intenta verificar si Baladía estuvo internado en la clínica de salud mental Hogar San Juan de Dios, de Luján, como él mismo dijo al ser detenido.