El COVID-19 alcanzó a un geriátrico de la localidad quilmeña de Ezpeleta, debiendo aislarse a los abuelos cada uno en su habitación, hasta confirmar si hay más casos.
Ya fueron confirmados tres casos: un empleado de mantenimiento, quien fue el vehículo transmisor del virus ya que su esposa trabaja en un importante hospital del Conurbano; uno de los responsables de la institución, que cursa la enfermedad en forma leve; y un octogenario que fue derivado al Hospital Del Vidrio, donde permanece internado en condiciones delicadas, porque tiene comorbilidades asociadas.
El responsable del hogar dijo que “instalamos todas las barreras sanitarias posibles al COVID-19, ¡y se nos vino a colar por el muchacho de mantenimiento, que es asintomático! Obviamente está aislado en su casa, junto a su esposa que es una enferma leve”.
“Nuestra médica apenas derivó al abuelo al Hospital del Vidrio, donde le hicieron el hisopado y se confirmó que era coronavirus. Se aisló a cada abuelo en su habitación, se informó al Municipio de Quilmes, se informó al Pami, se avisó a los familiares de todos los internos, y se contrató a la mejor empresa de Capital para hacer una desinfección general dos veces por semana”.
“Tenemos un arco sanitizante, tenemos la pistola termoeléctrica con la que tomamos la temperatura corporal a todo el personal que entra o que sale, las visitas están suspendidas desde el inicio de la cuarentena. Tomamos todas las medidas biosanitarias indicadas, siguiendo los protocolos de acción que nos indicaron las autoridades sanitarias. Esperemos que no haya ningún caso más”, abogó el propietario del hogar.
Fuente: Perspectiva Sur