En los primeros 6 días de aislamiento de la Villa Azul, el barrio popular que comparten Quilmes y Avellaneda que ya tiene al menos 211 contagiados de coronavirus, el Comité de Emergencia completó el rastrillaje casa por casa y se entregaron 60 toneladas de alimentos para frenar el hambre.
La fisonomía del aglomerado que fue creciendo desde hace 50 años al lado del Acceso Sudeste, con calles inexistentes, pasillos de un metro y medio, casas de chapa, y falta de servicios públicos, coincide con la realidad descripta por Alberto Fernández ayer, que lo calificó como “el ejemplo más claro de la injusticia”.
Hasta ahora se trata del operativo sanitario más importante del Conurbano que pusieron en marcha los Ministerios de Salud, Desarrollo de la Comunidad y Seguridad bonaerense junto al Municipio de Quilmes y un conjunto de organizaciones sociales, en lo que va de la pandemia de Covid-19.
Según detalló el Comité de Emergencia, “se realizó una búsqueda activa casa por casa (síntomas, hisopados, aislamiento de casos confirmados)” y con más de 50 voluntarios del Programa Bonaerense Solidarios y Solidarias “se desplegó un operativo de relevamiento de las necesidades y problemáticas de cada familia”.
De esta manera, en tres días se logró “peinar” todos los hogares, a cerca de 800 familias. Según datos del último censo de 2018, en la Villa Azul viven unas 3.100 personas. Sin embargo, datos que se manejan actualmente elevarían la cifra hasta los 5.000 habitantes.
Además de la detección de casos sospechosos y positivos de coronavirus, uno de los focos de atención tuvo que ver con frenar el hambre que acecha por los pasillos del barrio popular. Por eso, se entregaron 60 toneladas de alimentos desde el lunes pasado a este sábado.