Un equipo de 18 profesionales del hospital El Cruce-Néstor Kirchner de Florencio Varela logró reimplantar, en 10 horas de intervención quirúrgica, la mano de un niño de 11 años luego de que un golpe de hacha se la seccionara por completo, se difundió ayer.
“Se trató de una intervención de alta complejidad que requirió la coordinación tanto del Hospital de Las Flores, que recibió al paciente y solicitó la derivación; del sistema de Salud provincial, que además coordinó el traslado en un vuelo sanitario, y del de Alta Complejidad aportada por el Ministerio de Salud de la Nación, desde el Hospital El Cruce”, dijo el secretario de Calidad en Salud de la Nación, Arnaldo Medina, en la información difundida hoy.
El accidente se produjo en la ciudad de Las Flores, provincia de Buenos Aires, el miércoles 3 de junio, cuando Thiago y su hermano Tobías -de 16 años- se encontraban en los fondos de su vivienda cortando leña para la salamandra hogareña, trabajo que los hermanos realizan habitualmente.
Alrededor de las 11, la madre de ambos escuchó gritos, salió al patio y encontró a Thiago con la mano derecha ensangrentada, de inmediato tomó una toalla para envolverla y partió hacia el Hospital Zonal General de Las Flores.
En la guardia pediátrica del establecimiento, las primeras curaciones las efectuó la médica María Rocco, quien explicó que “el paciente llegó consciente, con una amputación completa a nivel metacarpiano de la mano derecha”.
La médica evaluó la necesidad de concretar su traslado a un centro de mayor complejidad, y así tomó contacto con Sebastián Valbuena, del Hospital “El Cruce-Néstor Kirchner”.
“Sin perder tiempo, porque en estos casos es fundamental la rapidez, gestionamos la derivación en el sistema sanitario de la provincia de Buenos Aires, que inmediatamente puso en marcha el vuelo sanitario”, explicó Rocco.
El helicóptero levantó vuelo desde Las Flores a las 13.30 y a las 15 el paciente ingresaba al quirófano del hospital El Cruce, de Florencio Varela.
“El tiempo límite para hacer un reimplante de este tipo es de entre seis y doce horas de ocurrida la amputación”, explicó Valbuena, quien ya cuenta en su trayectoria profesional con otras intervenciones singulares. Por ejemplo, en 2018 también en el mismo hospital condujo el trasplante de un dedo del pie a la mano de una adolescente.
“La cirugía salió bien, duró unas diez horas y se tardó mucho porque era un caso muy complejo. También se demoró porque fue considerado como sospechoso de Covid-19 y se debieron implementar todos los protocolos, lo cual lentificó los procedimientos médicos”, sostuvo el especialista.
Valbuena precisó que el paciente permanece aún “internado en observación y con antibióticos porque el riesgo de infección aún es muy alto”.
“Todavía no salgo de mi asombro y emoción”, dijo hoy a Télam Laura, la madre de Thiago, y agregó que no le alcanzan las palabras de agradecimiento hacia Valbuena y a todo el equipo que lo acompañó y al personal del hospital.
“Están todos muy pendientes, y nos cuidan, tanto a Thiago como a mí”, dijo emocionada desde el teléfono junto a la cama de su hijo y agregó risueña sentirse como en “un hotel cinco estrellas”.
“Thiago fue operado el 3 de junio, pero a los tres días debió ser operado nuevamente porque se le hizo un hematoma en un dedo, dijo la madre, quien agregó que el problema ya está superado.
“Mi hijo está bien, ya salió de terapia, y ahora está en una sala común compartida. Esperamos que tal vez en unos 10 días, si no hay ninguna complicación, podamos volver a casa”, donde los espera Diego, su esposo, con sus otros tres hijos, Tobías de 16 y dos pequeños de 5 y 2 años.
La mejoría de Thiago es notable, ya que fue él mismo quien contó que “está bien, sólo un poco dolorido”, y que sabe que tiene “que tener paciencia”.
Además de los cuidados que recibe, Thiago dijo estar contento porque “todos los días” su maestra Miriam le manda un mensaje o lo llama, lo mismo que sus amigos y compañeros de Las Flores.
Según describió Valbuena “durante el post operatorio, el paciente permanecerá varias semanas con la mano inmóvil, y tras ello vendrá una ardua rehabilitación por tratarse de una mano reimplantada. No es exactamente igual a la mano que tenía antes, es una nueva mano que tendrá que reacondicionar, readaptar y organizar en su estructura mental la movilidad de los dedos”, precisó el cirujano.
Por último, advirtió que “también es muy probable que se necesiten más cirugías, porque lo que realizamos fue un primer paso de urgencia y luego continúa un andamiaje de procedimientos”.
Fuente: Infosur