“No recomiendo entrenar perros para detectarlo, faltan estudios del virus”, dijo Mario Rosillo, perito de odorología forense, veterinario, en diálogo con Data Judicial al ser consultado sobre los estudios que se anunciaron en canes para detectar coronavirus
En las últimas semanas, se conoció un proyecto donde pretenden preparar perros para proporcionar un diagnóstico rápido, no invasivo. La iniciativa se gestó en la ONG Medical Detection Dogs, juntamente con la Escuela de Higiene de Medicina Tropical de Londres y la Universidad de Durham. Ahora se avanza en la UBA en dichos análisis.
Ante esa posibilidad, Data Judicial se contactó con el médico veterinario Mario Rolando Rosillo, especialista de nuestro país en Odorología Forense, quien rechaza de plano esta idea.
En diálogo con este medio, Rosillo explicó que “en este momento no es aconsejable, ya que todavía no hay estudios profundos sobre el coronavirus. Además se debe contar con la participación de investigadores, tanto veterinarios como de medicina humana, sobre virología e infectología”.
Para el especialista “se corre el riesgo de que el canino sea un próximo vector y eso es altamente grave y va en la responsabilidad de quién lleva a cabo este trabajo”.
Riesgos
El COVID-19, posee un alto exponencial de contaminación, por lo que “no se puede exponer al canino para la captación de volátiles producto de personas infectadas como medio de asociación del olor”, indicó Rosillo. Y agregó: “como dije anteriormente, el canino puede ser entrenado para detectar estados febriles y volátiles producto de esa reacción, pero no un grupo de odorantes que pertenezca al COVID-19”.
Por otro lado, el especialista precisó que mucha gente se entusiasma con la detección canina de sustancias patológicas u otras, “pero no todas las sustancias pueden ser disponibles al canino”.
El principal motivo, según el médico, sería la posibilidad de “exponer a la especie como vector de este coronavirus respiratorio y esto sí sería altamente grave, ya que el virus es mutacional”.
En cualquier caso, Rosillo no descarta que sea posible dicho entrenamiento en un futuro, siempre y cuando se hayan realizado estudios más profundos sobre el COVID-19. Sin embargo, por el momento “no existe evidencia científica que conceda a los animales de compañía un papel importante en la vehiculización del virus”.
Y finalizó: “La cuestión central es que los animales no están asociados a la transmisión de la enfermedad por el momento, por lo cual expongo que es muy prematuro y no aconsejable su exposición y que debe tomarse el tiempo de estudio viral e infestológico con las mutaciones genéticas correspondientes”. De lo contrario, “se corre el riesgo de que el canino sea un próximo vector, eso sería altamente grave y va en la responsabilidad de quien lleve a cabo este trabajo”.