El Ministerio de Seguridad bonaerense separó a los efectivos de la fuerza y los acusó de sedición, intimidación pública e incumplimiento de sus deberes. “Es lo que marca la ley”, remarcaron.
Catorce efectivos de la Policía bonaerense que realizaron un “sirenazo” en Ituzaingó en protesta por sus bajos salarios y sus condiciones laborales fueron desafectados por el Ministerio de Seguridad provincial e imputados de varios delitos. Los policías estacionaron sus motos y patrulleros en una estación de servicio de Ituzaingó e hicieron sonar sus sirenas.
Además de separarlos de la fuerza, la Auditoría General de Asuntos Internos del ministerio que encabeza Javier Alonso les imputó a los uniformados los delitos de sedición, intimidación pública e incumplimiento de sus deberes como funcionarios públicos, ya que interrumpieron el patrullaje de las zonas asignadas para participar en esa protesta.
La denuncia por los delitos mencionados fue presentada en la fiscalía a cargo de Marcelo Tavolaro. “Es lo que marca la ley. No hacemos más que cumplir con la Constitución Nacional”, explicaron voceros de la cartera de Seguridad.
La manifestación de los policías descontentos tuvo lugar en la estación de servicio Shell ubicada en el cruce de la avenida Presidente Perón y la calle Del Prado, en Parque Leloir, partido de Ituzaingó.
El episodio se dio en el contexto de un conflicto que se gesta en el seno de la Policía provincial en reclamo de una mejora salarial. Asimismo hubo otra protesta en La Matanza en la que los uniformados consideraron “insuficiente” el último aumento otorgado por el gobierno de Axel Kicillof y reclamaron un 100% de incremento en sus sueldos, además de la reincorporación de otros efectivos que habían sido sancionados en protestas anteriores. Y advirtieron que podrían acuartelarse si no reciben respuesta.
A diferencia de otros sectores, los policías tienen prohibido realizar manifestaciones de ese tipo y no pueden organizarse sindicalmente.
