Con el lema “Novak: Salud y esperanza”, la diócesis de Quilmes conmemoró el jueves 9 de julio, el 19° aniversario del fallecimiento de su primer obispo, monseñor Jorge Novak SVD. La misa estuvo presidida por monseñor Carlos José Tissera, obispo de Quilmes, y concelebrada por su obispo auxiliar, monseñor Marcelo Julián Margni.
Al comenzar su homilía, monseñor Tissera se refirió a la situación actual “que nos preocupa a todos, aquí y en el mundo entero”. Al respecto, expresó: “Esta pandemia nos ha sorprendido a todos sin excepción. De pronto, ‘nos dimos cuenta de que estábamos en la misma barca, todos frágiles y desorientados; pero, al mismo tiempo, importantes y necesarios, todos llamados a remar juntos, todos necesitados de confortarnos mutuamente’”, señaló, citando al papa Francisco.
En cuanto al camino sinodal que atraviesa la diócesis, destacó: “El modo virtual ha venido para quedarse, y es la manera nueva de relacionarnos, con sus ventajas y limitaciones. Pero seguimos caminando juntos, con entusiasmo, compromiso y esperanza”.
“La Palabra hoy nos presenta a Jesús que elige a sus primeros discípulos, tan diferentes entre ellos, para formar la primera comunidad y para enviarlos a evangelizar, de allí el nombre de ‘apóstoles’ (enviados). Y los envía con poder para liberar de todo mal que afecte a la persona y a la familia humana. Como Jesús, los portadores de su mensaje llevarán su mismo estilo de vida itinerante y pobre”, afirmó.
“Nuestro padre obispo Jorge, desde que experimentó el llamado de Dios, su corazón abarcó el mundo entero. Quería ser misionero en lejanas tierras. El ardor del Espíritu Santo quemaba su corazón cristiano, y quería encender los corazones de la humanidad con esa llama de la fe y animarlos con el calor de la caridad. Cuando es consagrado obispo, sus primeras palabras fueron las del Apóstol: ‘¡Ay de mí si no predicara el Evangelio!’”, recordó.
“Los caminos por los que anduvo, no son los que en su juventud soñaba, pero sí los que estaban en los sueños que Jesús tenía para Jorge Novak. Y él los fue descubriendo al andar, y los siguió con decisión y coraje, confiado a Aquel que lo llamó y lo envió”, aseguró.
“Sus primeros años, a la vez que se gozaba de encontrarse con comunidades ávidas de la Palabra de Dios, también compartía la desazón y la pobreza de muchísimos desocupados por el cierre de las fuentes de trabajo. A su puerta de buen pastor, golpeaban desesperadas las madres que buscaban sus hijos desaparecidos. No titubeó en escucharlas y recibirlas con un corazón fraterno. Su valentía hizo que la Iglesia recuperara el rostro de Madre tierna y compasiva para esas familias destrozadas por el poder”, consideró.
“Apenas nació la esperanza de la democracia en el país, inesperadamente, en un viaje que hacía para participar de un Congreso sobre Derechos Humanos, le sale al encuentro la enfermedad”, relató. “El síndrome de Guillain-Barré lo dejó totalmente paralizado, aunque nunca perdió la lucidez. El presidente de la Nación se preocupó por su salud. El gesto de traerlo a la Argentina en el avión presidencial para su tratamiento, habla del reconocimiento de un país que supo ver en él a un grande de la democracia: un pastor que denunció la injusticia y que trabajó, hasta ofrecer su vida misma, por la justicia y la paz”.
“Desde la cama del Hospital Francés, el 22 de septiembre de 1985, grabó estas palabras: ‘Con esta original homilía, grabada desde mi lecho de enfermo en que me encuentro… los saludo con todo mi afecto de padre y amigo… La experiencia del amor misericordioso del Padre… en un momento de gran angustia… me dio seguridad… haciéndome caricia… y proveyéndome de todo lo que iba a necesitar para mi recuperación’. Desde este cuadro que aquí tenemos esta tarde, parece mirarnos y transmitirnos esa serena confianza en el Padre Dios”, aseguró.
“Su cuerpo inmenso se extendió a lo largo y a lo ancho de la cruz de Jesús, y la cruz de todo el dolor humano. Su profunda mística lo llevó a sentirse uno con el que sufre, desprendido de todo, poniéndose con alma de niño en manos de los que lo cuidaron con tanto cariño. Por eso estas palabras dichas al año de su enfermedad, un poco recuperado, dirigidas a los enfermos: ‘Queridos hermanos, les vuelvo a escribir con los sentimientos que brotan de un corazón que late al unísono con ustedes… Llevado por el afecto los descubro a ustedes en sus casas, o en los centros hospitalarios. Trato de percibir y compartir espiritualmente sus dolores y esperanzas. Muchos de ustedes saben más que yo, por su propia larga y dura experiencia, lo que es el dolor’”.
“Novak: Salud y esperanza. Su enfermedad no fue un obstáculo en su camino de pastor; fue una fase riquísima de su vida cristiana y de su pastoral. Hoy que vivimos todos tan cercanos a la enfermedad, por la pandemia, desde la eternidad él se vuelve una luz que nos ilumina en el camino. No sólo ayudándonos en los pedidos de salud por la intercesión de María y los santos junto a Jesús, sino también enseñándonos con su ejemplo y sus palabras”, sostuvo monseñor Tissera.
“Esa experiencia profunda de la enfermedad, hizo que el Episcopado Argentino lo eligiese para ser el primer presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral de la Salud. En el mensaje del día del enfermo, en 1993, nos dice cosas que hoy también nosotros queremos repetir en estos momentos de la vida de nuestro pueblo: ‘Nos dirigimos a ustedes, profesionales de la salud, que prodigan su afecto y capacidad profesional a los que sufren. En nombre de Dios conocemos, reconocemos, valoramos y agradecemos todo lo que ustedes hacen por el hermano que sufre. No ignoramos sus dificultades y carencias, de todo tipo, y su abnegada labor cotidiana’”.
“A todos nosotros nos sigue enseñando al decir: ‘Nuestra aproximación al hermano enfermo es uno de los signos de credibilidad de nuestra predicación del Evangelio. La familia que tiene un miembro enfermo ha de sentir que toda la comunidad la acompaña en su asistencia y amor al afectado por una dolencia’. Y nos propone a Jesús, como modelo de servicio al decir: ‘Jesús no actúa perplejamente, no pide disculpas tímidamente, no trata de salir rápidamente de una situación compleja. Su acción es serena, clara, decidida. Actúa con eficacia y sostiene con mucha fuerza la motivación de su acción salvífica. ¡Es un ejemplo para todos nosotros, sus discípulos y seguidores! ¡Nada de titubeos ni de mezquindades cuando se trata de la vida y de la salud de nuestros hermanos enfermos!’”.
“Haciendo memoria de nuestro primer pastor, agradecemos a todas las personas que sirven a los hermanos y hermanas en los centros de salud, a quienes ofrecen su tiempo y su trabajo en los comedores, merenderos, centros de contención y cuidado de niños, jóvenes y adultos. A todos los voluntarios y voluntarias, que se juegan en bien de los demás. En esta misa, pedimos que desde el cielo Novak los fortalezca en su caridad”, rezó.