Los tres acusados de ingresar a robar y golpear al herrero jubilado Jorge Ríos en Barrio Parque Calchaquí fueron indagados ayer por el fiscal a cargo de la investigación, Ariel Rivas. Todos asistidos por la defensa oficial se negaron a declarar en sede judicial y seguirán detenidos. Durante la jornada de hoy habrá declaraciones testimoniales de los ofrecidos por los letrados del anciano que cumple prisión domicliaria.
Cristian Chiara, Martín Salto y David Ezequiel Córdoba fueron indagados en la víspera por el doctor Ariel Rivas que lleva adelante la causa que se le sigue a los mencionados acusados de haber entrado a robar en la casa del jubilado de 71 años, al que golpearon días atrás. Chiara y Córdoba fueron detenidos por personal de la DDI Quilmes en procedimientos realizados en el marco de la instrucción al tiempo que Salto se presentó de manera espontánea en la sede de Corrientes y Martín Rodríguez en la zona oeste quilmeña.
Por los hechos en los que el jubilado Jorge Ríos mató a Franco Moreyra luego que entraran a robar en su finca de Barrio Parque Calchaquí aún resta un prófugo que es intensamente buscado. Durante la víspera se dio un relato relevante para el proceso de un testigo de identidad reservada
Relato
El testigo clave del homicidio del ladrón Franco Moreyra en Quilmes, por el que está imputado y con prisión domiciliaria el jubilado Jorge Ríos, contó a los investigadores que presenció “parte de ese hecho” y reveló la dos secuencias en las que escuchó en ese sitio los tres disparos.
El testigo -tal informó la agencia de noticias Télam- se presentó a declarar en forma espontánea en la comisaría novena de Quilmes. Dijo que se hizo presente ante la repercusión mediática del caso, ocurrido el viernes pasado cerca de las cinco de la mañana. En la esquina de Acha y Ayola, vio pasar corriendo a dos de los jóvenes que habían ingresado a la casa de Ríos. Minutos después volvió a pasar por la misma esquina y fue entonces que vio “a una persona de contextura física morruda, pelo bien corto vistiendo una campera de color crema”, datos que coinciden con las imágenes del video.
Agregó que “el sujeto se tomaba del pecho con sus manos y estaba encorvado, por lo que me detengo y me coloco a la par y le pregunto si se encontraba bien, si necesitaba ayuda”, sin recibir respuesta alguna.
“En ese momento es que veo por el espejo retrovisor de mi vehículo, que desde atrás ya se encontraba una persona mayor quien poseía en su mano un arma de fuego”. En forma casi simultánea escucha “un disparo de arma y enseguida escucho un segundo disparo”. Ante tal situación, aceleró su vehículo para alejarse del lugar “hasta llegar a la calle Irala donde doy la vuelta en U y vuelvo a pasar por donde estaba este hombre armado”. Dijo haber dudado entre bajarse o no del Fiat Uno, porque no comprendía lo que estaba pasando y si era necesaria su intervención.
En esa segunda recorrida por la misma calle fue que observó que el hombre mayor “estaba pateando al masculino que estaba en el piso y ante mis nervios sigo sin parar pero a baja velocidad, y en ese instante escucho un nuevo disparo, siendo el tercero”. En el informe preliminar de la autopsia, los forenses de la Morgue Judicial de Ezpeleta dijeron que Moreyra recibió dos balazos, uno en el pecho (el testigo declaró que la persona que estaba en el piso se tomaba esa parte del cuerpo) y el otro en la región abdominal, que fue el que provocó la muerte.
En la causa se dice que Ríos hizo varios disparos, dos de los cuales impactaron en el cuerpo de Moreyra; lo que se intenta determinar es si los impactos fueron en el interior de la casa cuando el jubilado era robado o en la vía pública.