Cuatro jóvenes, entre ellos dos adolescentes de 17 años, fueron detenidos en las últimas horas acusados de haber participado en el crimen de una oficial de la Policía Federal Argentina (PFA), asesinada de un balazo por seis “motochorros” que la asaltaron cuando se dirigía a comprar a un kiosco en La Cañada. En tanto, una tía de Micaela Romero (23), la joven asesinada, aseguró esta mañana durante una marcha en reclamo de Justicia que los delincuentes la mataron porque la reconocieron como policía, ya que le dijeron “ella es ‘cobani’ y le pegaron a secas un disparo en el pecho”.
Las detenciones se registraron el domingo tras una serie de allanamientos realizados por personal de comisaría 5ta. y de la Dirección Departamental de Investigaciones (DDI) Quilmes, con apoyo de la División Investigación de Homicidios de la PFA, en el barrio Novak del mencionado distrito de la zona sur.
Fuentes policiales y judiciales informaron a Data Judicial que los operativos fueron concretados por pedido de la fiscal Karina Gallo, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción y Juicio (UFIJ) 4 del Departamento Judicial Quilmes. Sin embargo, como dos de los detenidos tienen 17 años, la causa pasó a la UFI 1 del Fuero de la Responsabilidad Penal Juvenil de Quilmes, a cargo de la fiscal María Julia Bottaso.
Según las fuentes, la funcionaria judicial indagó ayer a los sospechosos por el delito de “homicidio en ocasión de robo” en perjuicio de Romero. Los dos detenidos mayores, identificados por la policía como Luis Sebastián Carnero y Matías Vladimir Zamudo, negaron haber participado en el hecho.
En tanto, los dos menores de edad se negaron a declarar por recomendación de sus defensores, dijeron las fuentes. Uno de los acusados tenía un pedido de captura por el delito de “robo” desde el 17 de mayo del 2019, a requerimiento del Juzgado Correccional Criminal Federal 20 de Capital Federal.
Durante los procedimientos, la Policía secuestro balas y vainas servidas de calibre .22 que serán cotejadas con un proyectil del mismo calibre que en la autopsia había sido extraído del cuerpo de la joven.
El crimen ocurrió cerca de las 7 de la mañana del domingo, en momentos en que la oficial de la PFA se encontraba vestida de civil y salió a comprar cigarrillos junto a un amigo a un comercio ubicado en calle 395 y avenida Carlos Pellegrini.
En esas circunstancias, seis delincuentes en tres motos los interceptaron con fines de robo y sin mediar palabras uno de ellos le disparó a Romero, quien se encontraba sin su arma reglamentaria. Los investigadores señalaron que la oficial recibió un disparo a la altura del tórax mientras que los delincuentes alcanzaron a sustraerle el celular a ella y a su amigo para luego escapar.
“Le sacaron el celular y las zapatillas a este chico, Micaela no quiso entregar un celular y le dijeron ella es ‘cobani’ y le pegaron a secas un disparo en el pecho, la reconocieron”, dijo Sara, una tía de la víctima durante una manifestación realizada ayer por la mañana con carteles pidiendo “Justicia” y con imágenes de la oficial.
De acuerdo a los voceros, la mujer fue trasladada en grave estado por un grupo de vecinos al Hospital El Cruce de Florencio Varela, donde ingresó inconsciente y falleció a los pocos minutos producto de la herida recibida. La oficial Romero tenía un año de antigüedad en la fuerza y era integrante de la División Protección Residencia Presidencial de Olivos y Operaciones, donde actualmente estaba de licencia médica.
Además, la joven era madre de una nena de 2 años, señalaron las fuentes. Natalia, otra tía de la víctima, contó que Micaela “ya estaba por reintegrarse al trabajo” y que “todo el barrio la conocía porque era una chica humilde”. “El sueño de ella era ser policía, el año pasado se graduó, tenía una hija de 2 años y siete hermanos. Era una excelente persona, todo lo que tenía lo tuvo con el esfuerzo y apoyo de su familia”, destacó la mujer, quien agregó: “¿Cómo le decimos a mi sobrinita que la madre ya no está?”.
Natalia aseguró a TN que “los delincuentes son del barrio” y que los conocen “desde chiquitos”, por lo que se preguntó: “¿Por qué la mataron a sangre fría?”
“Ella se mudó hacía dos días a su casa que la tuvo con sacrificio, se rompió el bocho estudiando para llegar a donde llegó, a la residencia de Olivos, con orgullo digo que mi sobrina fue una gran policía”, expresó la tía.
Por último, la mujer sostuvo que “si ella hubiera lastimado a uno de ellos estaría presa” y pidió que “haya un juicio y que (los acusados) vayan presos”.