La experiencia solidaria se desarrolló en el taller textil la Unidad 52 del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) bajo estrictas medidas de bioseguridad, con materiales provistos por el municipio local y teniendo en cuenta el sexo, la talla y el nombre de cada uno de los menores, para la selección de colores, inscripciones y distintivos.
Las mujeres detenidas fueron capacitadas tiempo atrás y ahora están abocadas a producir elementos para la comunidad, tal es así que transitan el proyecto de confección de 5.000 tapabocas, con entregas semanales de 300 para ser distribuidos en la población azuleña.
Con máquinas provistas e instaladas por la Subdirección General de Trabajo Penitenciario del SPB las personas privadas de la libertad donan su labor en el marco del programa “Más trabajo, menos reincidencia”, lanzado por el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires.
En el Hogar “Sagrado Corazón” recibieron las donaciones los Licenciados en Trabajo Social Claudio Irurzún y Ana Masanelli, quienes dirigen la Institución. El Hogar aloja niños desde los 2 años en adelante, en situación de calle o que por algún motivo son separados del ámbito familiar y que cuando sus padres pierden la patria potestad son dados en adopción a familias que los requieran. Mientras tanto concurren a escuelas públicas o a la que funciona dentro de la misma entidad.
Con telas proporcionadas por la Municipalidad de Azul se realizaron, primero tapabocas destinados para la población que los necesitara y luego surgió la idea de confeccionar los pijamas y también tapabocas haciendo juego, para los pequeños que viven en el Hogar “Sagrado Corazón”.
Verónica Marinangeli es la directora de la Unidad 52. Ella cuenta que “primero fabricamos tapabocas estériles para el personal de las Unidades del Complejo Penitenciario Centro Zona Norte con telas especiales e hilos que nos proporcionaba la Dirección de Trabajo y las internas realizaban la confección bajo todas las medidas de bioseguridad necesarias, luego tuvimos un acercamiento a la Municipalidad de Azul y ellos tenían telas que nos alcanzaron con la idea de que fabriquemos 5.000 tapabocas que reparten entre la población de la Ciudad, que vamos entregando de a 300 por semana, que hacemos con tela negra, pero además venía una tela verde y blanca, a rayas, con la que surgió la idea de hacer los pijamas para los niños del Hogar, con el talle correspondiente para cada uno, con su nombre en el bolsillito y en la bolsita y el tapaboca haciendo juego con un distintivo, ya sea un autito o corazoncito”.
Una de las detenidas dijo: “Ponemos nuestro trabajo encantadas porque pensamos que el niño que lo reciba podría ser un hijo nuestro, sobrino, alguien de la familia o simplemente alguien que lo necesita”.
Marinangeli agregó que “las internas se sienten muy bien cumpliendo con algún trabajo y más aún si es solidario. Hace poco realizamos reparación de muebles de madera, unos baúles, banquitos y mesas para el Jardín de Infantes N° 902 y lo entregamos hace dos semanas. El martes que viene empezamos con un taller de pelucas en un trabajo en conjunto con otras cárceles. En la Unidad 14 de General Alvear confeccionarán las cortinas de pelo y aquí las van a coser y arman y van a ir destinadas a personas que están en tratamiento oncológico”.
El Jefe del Departamento Regional de Cultura Laboral, Subprefecto Claudio De Gregorio, dependiente de la Subdirección General de Trabajo Penitenciario explicó que “estas actividades solidarias que se llevan a cabo dignifican a la persona en situación de encierro y además las preparan para una mejor inserción laboral en el medio libre al cumplir su condena”. Además del trabajo que lleva adelante la directora de Unidad Marinangeli en la Unidad 52 es muy importante el equipo que la secunda con sus subdirectores, Soledad Soubercazes de Asistencia y Tratamiento, Rosana Dietrich de Administracón, Hugo Fredes de Seguridad, junto a Claudia López, jefa de Penal y Yanina Selaya, Jefa de Talleres.