Dos hombres quedaron detenidos por el crimen de un contratista perpetrado en marzo de este año en su casa de la localidad de Ranelagh, Berazategui, informaron fuentes judiciales. Uno de los sospechosos fue capturado en las últimas horas, mientras que el segundo imputado ya estaba preso por otro hecho posterior al homicidio de Abel Acuña (47).
Fuentes judiciales indicaron que fueron determinantes para imputarles el crimen a estos dos hombres los resultados del entrecruzamiento de las antenas de los celulares y de las escuchas telefónicas entre ambos. El operativo estuvo a cargo de personal de la Sub DDI Berazategui, a cargo del comisario Daniel Bornaschela.
“Lo determinante para llegar a las detenciones fue el secuestro de un celular de otra causa en el que se vinculó ese número con el lugar y en el horario del hecho”, dijo una fuente de la investigación, a cargo del fiscal Daniel Ichazo, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 1 de Berazategui. Mediante ese celular se estableció que uno de los cómplices se encontraba detenido por una “entradera” a una vivienda de la localidad de Florencio Varela.
Según las fuentes, el fiscal Ichazo indagará hoy a los dos acusados por el delito de “homicidio criminis causa”, en tanto que continúa la búsqueda para dar con el paradero del tercer delincuente que intervino en el hecho.
Por otra parte, el fiscal ordenó comparar unas manchas hemáticas levantadas de la escena del crimen para establecer quién fue el autor del disparo. “La mujer de Acuña le arrojó una piedra a los delincuentes que impactó en la cabeza de quien efectuó el disparo que mató al hombre. La sangre de esta persona quedó impregnada en la piedra y será analizada”, detalló el investigador consultado.
El homicidio de Acuña ocurrió el pasado 12 de marzo en una vivienda situada en avenida Dardo Rocha y calle 208, en la localidad de Ranelagh. La mujer de la víctima fue sorprendida en el patio trasero por dos delincuentes armados y encapuchados que habían saltado las rejas del frente, por lo que la obligaron a entrar a la casa, pero ella se resistió a los gritos y se trenzó en lucha con uno de ellos. Al tiempo, la hija de Acuña y el propio hombre comenzaron a forcejar con el segundo delincuente y, tras casi diez minutos de pelea cuerpo a cuerpo, las víctimas lograron poner en fuga a los delincuentes.
Sin embargo, uno de los asaltantes regresó y al llegar a las rejas efectuó un disparo que impactó en el abdomen de Acuña, tras lo cual finalmente huyó junto en un vehículo estacionado frente a la vivienda conducido por un tercer cómplice. El contratista murió en el lugar a raíz de una herida de bala con orificio de entrada pero no de salida que le generó un shock hipovolémico.
De acuerdo a las primeras averiguaciones, los pesquisas determinaron que dentro de la vivienda había unos 80 mil pesos en efectivo que el contratista tenía guardados para destinarlos a su trabajo en la construcción, por lo que la principal hipótesis es que los asaltantes contaban con ese dato.