La Cámara Nacional del Trabajo rechazó la denuncia de maltrato y discriminación que una empleada de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) presentó contra jefes y compañeros, pero igualmente ordenó que los demandados realicen capacitaciones sobre igualdad de género. Fuentes judiciales dijeron que el tribunal ponderó las leyes 26.485 (Protección Integral para Prevenir, Sancionar y Erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones interpersonales) y 27.499 (conocida como Ley Micaela) que obliga a quienes trabajan en los tres poderes del Estado Nacional a recibir capacitaciones.
Al resolver, la Sala V de la Cámara dispuso que la CNEA, que resultó condenada en costas, deberá, como empleadora, brindar ocupación efectiva a la trabajadora de acuerdo a su especialización, otorgándole funciones en las mismas condiciones en las que se desempeñaba antes del conflicto con sus compañeros.
El tribunal decidió, además, que la CNEA deberá realizar un “seguimiento” con trabajadoras sociales del grupo de trabajo en el cual se inserte la demandante K.R.B.P para “arbitrar los medios necesarios para restablecer la armonía” en el ambiente laboral “preservando la integridad, dignidad y seguridad” de la joven.
De acuerdo a constancias de la causa, K.R.B.P. que ingresó como becaria en 2008 y cuatro años después quedó en la planta permanente del organismo, promovió la demanda argumentado que era discriminada por su aspecto físico, nacionalidad y su condición de mujer, a la vez que sus superiores y compañeros se dirigían a ella de manera grosera, siendo objeto de violencia de género.
Agregó que luego que informó a sus superiores, fue separada de su lugar de trabajo, que se le quitaron elementos y muebles y se le negaron tareas. La Comisión, en cambio, argumentó que fue “la pésima relación que la denunciante instaló en el área de trabajo, originando situaciones de conflicto” lo que “tornó imposible continuar trabajando con ella y, por ello, para preservar la armonía de equipo, se tomó la decisión de asignarle una nueva ubicación”. La Sala V de la Cámara, a pesar de considerar que no estaba probado el maltrato, decidió que el personal se capacite en igualdad de género.