La defensa legal del jubilado Jorge Ríos, quien en julio pasado resistió a los tiros un asalto en su casa de Barrio Parque Calchaquí y mató a balazos a uno de los delincuentes, pidió ayer al fiscal de la causa que le dicte el sobreseimiento a su cliente por considerar que se trató de un caso de “defensa privilegiada”, informaron fuentes de la investigación. La presentación fue efectuada por los abogados de Ríos (71), Marino Cid Aparicio y Fernando Soto, ante el fiscal Ariel Rivas, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 1 quilmeña, quien en su momento dictó un procesamiento, sin prisión preventiva, por el delito de “homicidio agravado por el uso de arma de fuego” en perjuicio de Martín “Piolo” Moreyra (26).
De acuerdo con la presentación, la defensa sostuvo que “atento se encuentra agotada la investigación” y a que “se ha acreditado con certeza negativa la inexistencia de disparos sobre la calle General Acha (donde el delincuente cayó muerto)”, solicitan el sobreseimiento del imputado.
“(…) todo el evento se circunscribe en la casa (inmueble en la calle Ayolas), por lo que resulta palmario que nos encontramos con lo que el derecho positivo, jurisprudencia y doctrina establece como defensa privilegiada”, argumentaron los abogados en su escrito, al que tuvo acceso Télam.
A su vez, la defensa incorporó un informe del perito de parte Héctor Fernández, licenciado en Criminalística y perito en balística forense, quien analizó los distintos estudios científicos que se llevaron a cabo en el expediente. Para este perito, hubo “una serie de errores técnicos y de valoración” en los procedimientos forenses realizados.
En cuanto a las imágenes de las cámaras de video, el perito de parte destacó en su informe de 30 páginas que “hay una ventana de tiempo de alrededor de 30 minutos desde la última imagen aportada por los videos, hasta la llegada de los Peritos de la Superintendencia de Policía Científica, Delegación Quilmes a la escena”.
Además, señala que, “de contar con las imágenes completas, se podría develar el misterio de lo ocurrido con las tres vainas servidas halladas en la escena, lo cual hoy es imposible a tenor de haberse perdido una evidencia irreproducible”.
Para el perito, “Jorge Ríos no disparó en el lugar donde cae Moreyra y además el disparo no fue de cercanía”. “Se puede afirmar categóricamente que en el lugar donde cayó Moreyra no recibió ningún disparo, a tenor de lo registrado por las imágenes de video aportadas”, concluyó. En tanto, la semana pasada se conoció el resultado de un peritaje que reveló que cinco prendas de vestir que llevaba puesta el delincuente muerto tenían restos de disparos de arma de fuego.
Sin embargo, para el defensor Cid Aparicio, la ropa analizada “estaba contaminada”, ya que fue entregada a los expertos “toda junta y revuelta”.
Para el letrado “todos los disparos fueron efectuados adentro de la casa” y las tres vainas halladas junto al cuerpo de Moreyra pudieron haber sido “plantadas” por el personal policial que trabajó en la escena. A su vez, en septiembre pasado, otro peritaje balístico determinó que Ríos disparó “a una distancia superior a los 50 centímetros” y para la defensa ese estudio refuerza su hipótesis de que la víctima actuó en legítima defensa.
El hecho ocurrió la madrugada del 17 de julio pasado, cuando cinco delincuentes ingresaron a robar a la casa de Ríos en la calle Ayolas al 2700, en Quilmes Oeste. Según la investigación, el hombre fue sorprendido mientras dormía, golpeado e intimidado con un destornillador por los asaltantes, por lo que extrajo una pistola Bersa Thunder calibre 9 milímetros y les efectuó varios disparos con los que los hizo huir. Minutos después, Moreyra fue hallado muerto de dos balazos sobre la calle General Acha, a la vuelta de la esquina del domicilio del herrero.
Por el hecho, fueron detenidos e imputados los cuatro supuestos cómplices de Moreyra, identificados como David Ezequiel Córdoba (25), Cristian Chara (23), Martín Ariel Salto (27) y Claudio “El Enano” Dahmer (27).