En la jornada organizada conjuntamente por la Dirección Provincial de Políticas de Inclusión del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Provincia y por la Federación Argentina de Box (FAB), el ex boxeador repasó sus inicios en el deporte y aconsejó a los internos aficionados al guante.
Tras una presentación audiovisual que resumió los logros del púgil, describiéndolo como un ser “temperamental y aguerrido”, los espectadores alojados en las Unidades 1 y 26 (Olmos); 50 (Batán); 47 (San Martín); 37 (Barker); 4 (Bahía Blanca); 9 (La Plata); 12 (Gorina); 14 y 30 (General Alvear); 8 (Los Hornos); 51 (Magdalena); 38 (Sierra Chica); 40 (Lomas de Zamora), 19 (Saavedra) y 13 (Junín), compartieron un resumen de algunas de las actividades deportivas que se desarrollan en las diferentes cárceles bonaerenses.
Luego, tomó Coggi la palabra y recordó cómo se interesó por el boxeo, en una infancia sumida en una extrema pobreza. “Un día, jugando con mi primo, vi en una revista que había una pelea de un yankee y un indio. Teníamos un par de guantes, así que nos atamos uno cada uno y empezamos a tirar piñas. Después, ya peleábamos con los chicos de ahí, atándonos repasadores y medias en las manos, hasta que, finalmente, comencé a hacerlo por plata. En ese momento tenía de técnico a Carlos Monzón y de preparador físico a Bruce Lee, ¿quién me iba a ganar?”, bromeó el tres veces campeón mundial en la categoría peso superligero.
Látigo revivió las épocas de entrenamiento duro y las calificó como un “esfuerzo y no un sacrificio”. Además, confesó que el deporte le enseñó “a compartir, a ganar, a perder, a respetar al mayor y a estar muy arriba”.
Los internos se mostraron muy entusiasmados y participativos con la clínica. Bruno, un joven de la Unidad 12 Gorina, le pidió a quien defendió la corona mundial seis veces en un año (1993) una recomendación ante la desorientación y el desánimo. “Nunca hay que perder la ilusión, que es lo que a mí me llevó a ser quien soy”, aconsejó Coggi.
En nombre de la FAB y de su presidente, Luis Romio, el entrenador y periodista, Facundo Medina, agradeció el encuentro virtual y elogió la carrera de quien en 1995 recibió la Corona de Oro y Brillante como Mejor Boxeador de la Asociación Mundial de Boxeo.
En tanto, el director provincial de Políticas de Inclusión, Marcelo Iafolla, y la directora a cargo del área Deportes del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos bonaerense, Claudia Rodríguez, subrayaron la importancia de generar estos espacios para las personas que se encuentran en contexto de encierro.
“Ante la adversidad y las dificultades, con todas las condiciones desfavorables que podamos tener, el deporte nos enseña que focalizando el objetivo y esforzándonos para lograrlo, enriquecemos el recorrido. El día a día. Los sueños se trabajan, y está en manos de cada uno proponérselo”, agregó Rodríguez. Por último, Látigo recordó a quienes se inician en el boxeo que “una vez que toca la campana arriba del ring, te das un abrazo con tu adversario como si fuera tu mejor hermano, porque eso somos, porque nos protegemos”.