La Comisión de Sistemas, Medios de Comunicación y Libertad de Expresión del Senado debatió formas de implementación de herramientas y acciones frente a las “fake news” que atentan contra la salud pública, en una jornada por videoconferencia en la que disertaron especialistas sobre libertad de expresión y desinformación.
La reunión, que se realizó a través de Zoom, fue abierta por la periodista, politóloga y productora Bernarda Llorente, presidenta de Télam, la agencia nacional de noticias que desarrolló la web Confiar con el objetivo de combatir la denominada “infodemia”.
Llorente consideró que “la desinformación y las noticias falsas” forman parte de “un proceso global” que lleva “muchos años” y actualmente están vinculadas a “un exceso de información muchas veces falsa de las que son responsables los distintos actores sociales”.
“Anteriormente la desinformación estaba asociada a procesos de censura o falta de información. Hoy tiene que ver con un exceso de información muchas veces falsa y fuera de contexto”, dijo, y afirmó que “para que existan fake news lo primero que hay es un conocimiento de la verdad”.
“Uno no puede mentir si no conoce la verdad, hay intereses políticos, económicos y hasta de rating”, sostuvo y opinó que las fake news “siempre existieron” pero que “la tecnología las aceleró”.
Entre las razones por las cuales las fake news proliferaron en las últimas décadas, Llorente consideró que “la tecnología permitió una falsa ilusión concretada a medias de que todos somos emisores y receptores y productores de contenidos”.
La presidenta de Télam indicó no obstante que la falta de conectividad influye en esta problemática y expresó que con la pandemia en el mundo “se puso blanco sobre negro un fenómeno que ya estaba en discusión”.
“Si bien las fake news habían puesto en riesgo muchas veces el sistema democrático, la pandemia lo que puso en juego a partir de noticias falsas fue la salud física y mental. Esto de creer determinadas cosas, dar consejos que pueden afectar la salud es un proceso alarmante”, subrayó.
Llorente se refirió a la circulación de información falsa específicamente con el tema de las vacunas contra el coronavirus y advirtió que “la polarización entre vacunas y antivacunas, las noticias falsas acerca de los efectos puso en la vidriera el lobby de los laboratorios”.
“También hay un negocio de vacunas. Parte de la guerra de las vacunas tiene que ver con intereses económicos de la comercialización de las vacunas”, explicó, y contó que a través de la agencia estatal Télam se creó la plataforma Confiar para el chequeo de noticias falsas.
“Le pusimos Confiar porque más allá de la pandemia significa volver a confiar en las voces autorizadas, en la ciencia, en quienes tienen la palabra respaldada, en las fuentes que nos pueden chequear una información”, ya que “hay gente que habla sin ninguna autoridad para hacerlo”, recalcó.
Llorente declaró que “hay vacíos en las regulaciones” en los medios de comunicación sobre esta temática, advirtió que “lo que no regula la sociedad lo terminan regulando intereses privados” y señaló que en Argentina “las noticias falsas tienen mayor predicamento en los que tienen menos herramientas para defenderse”.
En el inicio de la reunión, el presidente de la comisión, el senador Alfredo Luenzo (Frente de Todos-Chubut) expresó la necesidad de “encontrar los insumos necesarios para diferenciar una noticia falsa de una verdadera” y declaró que aunque las fake news siempre existieron “lo que que ha cambiado es la la velocidad con la que se pueden transmitir”.
Luenzo aseguró que “no sólo estamos luchando contra el virus sino también contra la desinformación la cual muchas veces de manera involuntaria y otras veces intencional está presente todos los días”.
Natalia Aruguete, investigadora del Conicet y coautora del libro “Fake news, trolls y otros encantos”, se refirió a las operaciones de fake news y las polarizaciones y puso como ejemplo el debate reciente sobre la presencialidad escolar al señalar que “la generación y las operaciones de fake news es un aspecto específico de las campañas negativas en redes sociales, en mancomunión con un escenario comunicacional al que contribuyen, también y sobre todo, los medios tradicionales”.
Pablo Hernández, director de Análisis, Investigación y Monitoreo de la Defensoría del Público de Servicios de Comunicación Audiovisual, explicó que desde la Defensoría del Pueblo se “está construyendo una plataforma colaborativa sostenida sobre el compromiso con la verdad” para generar una instancia de verificación de noticias que se nutra de la participación de la sociedad civil”.
La directora de Chequeado.com, Laura Zommer, explicó por su parte que “la pandemia aceleró y multiplicó la desinformación por la incertidumbre” y aseguró que “a los sospechosos de siempre, que incluyen a los medios de comunicación, políticos oficialistas y opositores y los desinformadores, se suman los que no siempre dan la cara y usan las redes para aumentar las operaciones de desinformación o generan nuevas campañas”.
Por último, Ramiro Álvarez Ugarte, investigador y profesor de Derecho Constitucional en la Universidad de Palermo y en la Universidad de Buenos Aires, consideró “la comunicación se hizo más horizontal, más caótica y con menos actores de control” y opinó que as soluciones “pasan por la capacitación y la educación en una ciudadanía democrática para que pueda navegar este mundo más complejo”.