El único detenido por la desaparición de Salvador Altamura, el abogado que fue visto por última vez en julio del 2020 en Quilmes, se negó a declarar ayer ante la Justicia, durante una audiencia en la que la fiscal del caso le agravó la imputación y le notificó los nuevos cargos en su contra, informaron fuentes judiciales.
La fiscal Ximena Santoro, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 7 quilmeña, decidió ampliar la acusación de Darío Rubén Dening de “robo calificado” y privación ilegal de la libertad”, a “robo calificado” y “homicidio criminis causa”, pese a que por el momento no fue hallado el cuerpo del abogado.
Según las fuentes, esto implica que se le imputa haber matado a la víctima para ocultar o lograr la impunidad de otro delito, en este caso el robo. Para la fiscalía, este agravamiento de la imputación se fundó en nuevos elementos que surgieron luego de una reconstrucción del hecho que abona la hipótesis de que la desaparición de Altamura fue un homicidio que se dio en un contexto de un robo.
La investigación, que comenzó a cargo del fiscal Ariel Rivas de la UFI 1 y que luego pasó a manos de Santoro, tiene como único imputado a Dening, quien fue detenido el 26 de agosto del año pasado en la provincia de Entre Ríos. Salvador Altamura fue visto por última vez la tarde del 13 de julio de 2020, cuando pasó por la puerta de su departamento del centro de la localidad de Quilmes manejando una moto Honda y fue captado por las cámaras de seguridad.
Altamura era abogado pero no ejercía la profesión, corría en forma amateur carreras de motociclismo, había vendido su empresa de polietileno, y actualmente continuaba con la importación de las materias primas para ese rubro industrial. Una de las hipótesis que manejan los investigadores es que lo secuestraron y torturaron para sacarle una supuesta cantidad de dinero y lo mataron porque los conocía.