Un padre denunció que su hijo está siendo privado al derecho a la educación y reclama que se le brinde las mismas oportunidades que a los demás niños.
Por medio de una carta abierta indicó que “Benjamin Tiziano Iglesias tiene 8 años, y a los 3 el equipo del doctor Ruggeri del área de Neurodesarrollo del Hospital Garraham lo diagnosticaron con Autismo (Tea).
Desde siempre su escolaridad fue difícil, ya que los directivos y los docentes no están capacitados para abordar esta condición. Sus padres lograron la vía de excepción para que curse nuevamente el preescolar y así tenga continuidad de días y horas seguidas en el jardín con su maestra, y su “MI” (maestra” integradora), que obtuvieron por la perseverancia y reclamos para que se cumplan sus derechos.
El paso a la primaria fue igual de desorganizado con la escuela, el equipo orientador, psicóloga distrital y la maestra integradora, concurrió dos horas un día y luego quedó suspendido por la pandemia.
Benjamín hace un año y medio que no hace ningún tipo de terapia. La tarea de la escuela por WA pero eso sólo no es suficiente para que avance y pueda lograr su autonomía.
Por su condición le dicen que el regreso a la presencialidad educativa sólo se dará cuando el niño sea vacunado; y se estipulara día y hora para que realice las actividades con su maestra integradora y maestra de grado; y se contactaran los directivos con el Centro terapéutico para abordar las actividades, terapias y contenidos.
En este ámbito de distanciamiento, protocolo y sanitizacion que constituye esta pandemia, Benjamín por su condición; no esta preparado para cumplir con estos objetivos estrictos.
Sus padres pretenden hacer valer sus derechos de discapacidad y los derechos que tienen los niños a tener educación, salud y seguridad física emocional integral y protegida.
Mientras tanto a Benjamin el sistema educativo no le da respuestas, lo ha dejado a un lado argumentando los problemas que trae aparejada la pandemia”; finaliza el texto.