El director del Hospital Isidoro Iriarte de Quilmes, Juan Fragomeno, destacó que “sólo tenemos dos personas internadas con COVID, con buen estado general, e intubados no tenemos ni uno. Esto es muy importante, porque muestra que ha bajado muchísimo el contagio”.
“Hace dos meses atrás hacíamos entre 100 y 150 hisopados por día, de los cuales eran positivos entre el 30 y el 40 por ciento. Hoy hacemos entre 60 y 70 hisopados por día, de los cuales entre el 5 y el 10 por ciento son positivos. Esto es un marcador importante”, puso de relieve en diálogo con el programa “Ir a Más” que se emite por Radio FAN (103.9 fm).
Por otra parte, “de la variante Delta no hemos constatado ningún caso. Cada tanta cantidad de hisopados enviamos una muestra a estudiar para ver qué tipo de variante es, y hasta el momento ninguno ha sido de la variante Delta”.
Resaltó además que hubo una morigeración de la virulencia de los casos: “La gravedad de hoy no es la de abril o mayo pasados. Los casos positivos presentan sólo un estado gripal, de manera que lo pueden pasar en su casa sin problemas, con los controles pertinentes. Sólo en algunos casos, como los dos pacientes internados que tenemos, hacen neumopatías y los internamos. Ha bajado la cantidad de casos y a la vez ha bajado el nivel de agresividad del virus”.
A la hora de analizar la causa de este alentador panorama, Fragomeno consideró que “es importante la campaña de vacunación que se ha hecho, la cantidad de gente inmunizada. El secreto está ahí, y también en que a la fuerza aprendimos a cuidarnos. Ya no somos los argentinos de antes, que andábamos a los besos y a los abrazos; ahora tomamos distancia, ya no compartimos el mate, usamos barbijos, hacemos burbujas; todo esto es importante”.
“Pero debemos destacar la vacunación, porque ha sido una campaña maravillosa. Somos uno de los países en América Latina que mejor campaña de vacunación ha hecho, a pesar de que dijeron que hubo países donde hubo mejor campaña, como Chile, porque en ese país hoy volvieron a tener problemas. En cambio en la Argentina podemos demostrar con los hechos que ha bajado la cantidad de contagios, y también la agresividad del virus”.
“Cuando se comenzó a vacunar, se lo hizo con la gente de mayor riesgo, que son mayores de 60 o 65 años, o con patologías. Por eso cuando comenzó la segunda ola, vimos que los pacientes eran de menor edad; es decir, el año pasado los enfermos tenían un promedio de edad de entre 65 y 70 años, en cambio este año el promedio es de entre 40 y 50 años. Esto habla a las claras de la inmunidad, y sabemos que no es lo mismo que contraiga COVID un paciente de 60 a 70 años que otro de 30 a 40 años. Por eso hoy la enfermedad es más leve”.