El llanto desconsolado de un nene de cinco años mientras golpeaba con desesperación la puerta de las casas vecinas a la suya encendió la alarma en las últimas horas en Claypole. Cuando minutos después la policía ingresó a su domicilio los recibió una dramática escena: el cuerpo de una mujer estaba colgado del techo del living.
La víctima, de unos 30 años, era la madre del chico que salió a la calle a pedir ayuda. Era él quien había encontrado su cuerpo en la casa que compartían de la avenida Blas Parera al 700, y entre lágrimas le pidió a una vecina que llamara a su padre para avisarle.
La mujer no llegó viva al hospital. Mientras tanto, los peritos de la Delegación Quilmes de la Policía Científica que trabajaban en la casa, determinaron que la marca de ahorcadura que la víctima tenía en el cuello no coincidía con un suicidio.
La hipótesis de que la mujer hubiera tomado la decisión de quitarse la vida terminó de caerse cuando los investigadores empezaron a tomar las primeras declaraciones y varios familiares de la joven aseguraron que ella habría sufrido varios ataques de violencia de género por parte de su pareja, anteriores al hecho.
En base a los nuevos elementos surgidos en la causa, los efectivos fueron a buscar al sospechoso, quien presentaría a simple vista rasguños en la cara y en otras partes del cuerpo, similares a los que le podría haber dejado una pelea.
Finalmente, los videos captados por las cámaras de vigilancia de la zona aportaron los detalles que faltaban y la Justicia dispuso tres allanamientos, en los que se incautaron una camioneta Ford EcoSport y ropa manchada con sangre, que estaban escondidos en viviendas de distintos parientes del sujeto. La causa fue caratulada como “Homicidio agravado por el vínculo” y es investigada por la fiscal María Nuria Gutiérrez, de la Unidad Funcional N° 4 de Florencio Varela, dependiente de los tribunales quilmeños. Intervinieron además en el caso las autoridades de la Estación de Policía de Florencio Varela, a cargo de los diferentes procedimientos.