Nuevamente un caballo agoniza tras sufrir una feroz golpiza en mano de carreros que lo dejaron al borde de la muerte. Como suele suceder en el distrito, otro caballo recibió maltrato y ahora lucha por su vida. «Ha perdido su ojo derecho a causa de los golpes que le han dado» y su columna quedó en carne y hueso «por el continuo roce de las silletas, de las varas y de los aperos» señalaron desde la ONG Caballos de Quilmes.
«Esta vez les pedimos a todos ayuda para Manzanilla. Le falta gran parte de su piel. Derrama pus por donde se la mire al punto que es impresionante verla» lamentaron desde la organización.
Y detallaron: «Ha perdido su ojo derecho a causa de los golpes de puño que le han dado. Siendo tan solo una abuela y pese a ser tan chiquita y sumisa, no hubo piedad alguna con ella».
«En el estado en el que la ven en pantalla, fue abandonada a su suerte. Con un olor a putrefacción que costaba acercarse, esperaba sola en la oscuridad de la noche que tanto dolor terminara» agregaron.
Y afirmaron que se trata de un maltrato de carreros: «Es evidente que estas heridas están sin tratarse durante semanas y semanas. No han tenido atención jamás y aún así hay algo que nos llena aún más de tristeza: las heridas coinciden con los aperos del carro».
«Muchos carreros dejan día y noche atados a los caballos en los carros, como si fueran máquinas. Los caballos no pueden descansar, no pueden librarse nunca de ese peso atroz, al punto en el que terminan recostándose atados a los carros hasta que finalmente son descartados o mueren» añadieron en el comunicado.
«Durante ese tiempo, se generan heridas por el continuo roce de las silletas, de las varas y de los aperos. Para evitar que las heridas se vean, los carreros terminan tapándolos con trapos en sus lomos y pechos. Cuenta con uno de sus nudos totalmente descendido, por arrastrar tanto peso. Sus herraduras estaban mal clavadas y hacía tiempo que no se la desvasaba. «La sola idea de pensar que le ponían las monturas en carne viva con el dolor extremo que padecía y estando ciega de un ojo, es insostenible» concluyeron.