Un jurado popular comenzará a juzgar el martes próximo a Gilad Pereg, el bautizado públicamente como “hombre gato”, por creerse y actuar como tal, acusado del crimen de su madre y de su tía, ambas israelíes, quienes tras ir a visitarlo a la localidad mendocina de Guaymallén fueron halladas asesinadas y enterradas en enero de 2019 en el predio donde él vivía.
La apertura, los alegatos y el veredicto del debate se transmitirán por el canal Youtube, que contará con un link especial con la traducción al inglés para que puedan seguirlos los familiares de las víctimas desde Israel y Australia.
También con el objetivo de que la prensa extranjera acceda al desarrollo del juicio, se transmitirá una versión subtitulada en inglés, dijeron fuentes judiciales.
Pereg afrontará cargos por el delito de “homicidio agravado por el vínculo” de su madre Pyrhia Saroussy (63) y por el “homicidio simple agravado por el uso de arma de fuego” de su tía, Lily Pereg (54), por los que podría ser condenado a prisión perpetua.
Previo al inicio del debate en sí, desde las 9 del lunes 25 se hará la audiencia de selección de los integrantes del jurado en el Polo Judicial de Mendoza, ubicado en la calle Plantamura, detrás de las cárceles del Complejo Penitenciario Boulogne Sur Mer, en la ciudad de Mendoza.
El juicio estará a cargo de la jueza técnica María Laura Guajardo, en tanto por parte de la fiscalía estarán el jefe de los fiscales, Fernando Guzzo, y la instructora de la causa, la fiscal Claudia Ríos.
La abogada que representará a la familia de la tía de Pereg, en tanto, es Claudia Vélez, mientras que el “hombre gato” será defendido por los letrados Maximiliano Legrand y Lautaro Bracheta, quienes intentarán demostrar que su cliente es inimputable.
Si bien la defensa del acusado pidió durante las audiencias preliminares que a la hora de componerse el jurado se incluya a dos personas no binarias, el planteo fue rechazado por el tribunal.
Por tal motivo, los representantes de Pereg adelantaron que apelarán la negativa ante la Suprema Corte de la Nación, contó Legrand, quien consideró “fundamental que el jurado cuente equitativamente con miembros, tanto femeninos, como masculinos y no binarios”.
Tras la conformación del jurado popular, el martes 26 arrancará el debate con los alegatos de apertura y luego comenzarán a declarar los testigos.
Para el debate fueron convocados más de 50 testigos, tanto por la fiscalía como la defensa de Pereg, entre ellos peritos provinciales y nacionales y vecinos del acusado.
El juicio, al igual que la audiencia previa, se desarrollará en el flamante edificio del Polo Judicial Penal de Mendoza, inaugurado a fines de septiembre pasado, una construcción de 1.800 m2 destinados a oficinas, que cuenta con 144 despachos para magistrados, 27 salas de audiencias, una cámara Gesell, ocho sectores para detenidos, 23 celdas, ocho sectores destinados a servicios sanitarios, 10 ascensores, ocho núcleos de escaleras y 10 cuartos de tableros y racks.
Los crímenes
El doble crimen de las israelíes fue descubierto el 26 de enero de 2019 cuando, luego de días de búsqueda por Mendoza e, incluso, Chile, los cuerpos de ambas fueron hallados enterrados en un predio propiedad de Pereg, ubicado en calle Julio Argentino Roca 6079, de Guaymallén.
La búsqueda de ambas mujeres se había iniciado el 12 de enero de ese año, cuando Pereg, un hombre de 1.90 metros de altura, cabeza rapada, que solía vestir remera y short y que se hacía llamar en el barrio “Nicolás”, denunció ante la policía la desaparición de su madre y de su tía, quienes habían ido a visitarlo a Mendoza.
En su denuncia, el ahora acusado manifestó que las había visto por última vez cuando se fueron en un colectivo desde Guaymallén rumbo a un departamento que habían alquilado en calle España, de la capital provincial.
Con estos datos los investigadores iniciaron la búsqueda por diversas localidades de la provincia y de Chile, aunque sin resultados.
A medida que pasaron los días, los pesquisas fueron descartando diversas hipótesis y comenzaron a realizar allanamientos en el predio de Pereg, frente al cementerio municipal de Guaymallén.
Durante unos de los allanamientos, con la ayuda de perros de la Escuela de Adiestramiento Canino (Escam), los investigadores encontraron manchas de sangre en la remera del imputado.
Al ser analizada, esa sangre coincidió con el ADN hallado en uno de los cepillos de dientes encontrados en el departamento alquilado por las mujeres en la calle España.
A pedido de la fiscal de Homicidios, Pereg fue detenido como sospechoso de las desapariciones de su madre.
Finalmente, el 26 de enero los cuerpos de ambas mujeres fueron encontrados tapados con piedras y tierra en el fondo del predio casi abandonado del imputado, en un sector donde había una obra en construcción a medio terminar en la que Pereg posó para una foto durante una nota previa que le dio a Télam.
La Justicia imputó a Pereg y ordenó su detención en el penal de San Felipe, donde quedó alojado.
No obstante, tras algunos incidentes que generó en esa prisión, y por pedido de su defensa, el acusado fue derivado al hospital psiquiátrico El Sauce, donde se encuentra internado a la espera de este juicio.
“El equipo del El Sauce realizó un gran esfuerzo para lograr que esté bien, es el mejor lugar donde puede estar hoy en día. Como dijeron nuestro peritos, si bien es inimputable también es peligroso, yo creo que está bien que esté internado”, dijo Legrand sobre su cliente.
“Creo que va a pasar el resto de su vida internado o en un penal. En el futuro también, hasta que pueda obtener un resultado a su tratamiento, que seguramente será difícil y largo en el neuropsiquiátrico”, agregó.
El defensor recordó que cuando Pereg estuvo detenido en la penitenciaria de San Felipe la situación fue “catastrófica”, ya que lo “torturaron” y “le quebraron una mano”.
Para la defensa, el acusado debe ser declarado inimputable y, en ese contexto, recordó lo establecido por el psiquiatra forense Mariano Narciso Castex, uno de los peritos que lo examinó en el 2019, quien dijo que Pereg padece de licantropía: un ser humano que se siente animal.
De hecho, en varias ocasiones llegó a las audiencias judiciales maullando como un gato, de ahí el apodo con el que socialmente se lo conoce.