Seres queridos de Martina Olmedo y otras víctimas reclamaron justicia frente a la puerta del Sanatorio Urquiza de Quilmes Oeste. Martina Belén Olmedo, de 19 años, ingresó por guardia al Sanatorio Urquiza el sábado 18 de septiembre con dolor abdominal porque tenía cálculos en la vesícula. Allí la internaron, la revisaron y le mandaron a hacer algunos estudios, como análisis de sangre y ecografías.
«Lo que pasó fue que nadie la atendió. A las 7 de la mañana le indicaron un antibiótico y se lo dieron recién a las 7 de la tarde» contó la madre de la víctima mientras que detalló todas las falencias que encontraron desde que llegaron hasta que se fueron.
«El sábado a la mañana la vio el cirujano y no la quiso operar. No había un médico clínico de guardia, sólo un traumatólogo. A las 5 de la tarde la suben a sala y nadie más la revisó ni atendió. Recién a las 9 de la noche, la enfermera le tomó la temperatura y tenía 37,3 de temperatura, por lo que le dimos un paracetamol, que se lo dí yo misma, porque no tenían ni eso» agregó.
La mujer contó que nunca más la revisaron ni le hicieron ningún control. «Con el primer cuadro de fiebre que tuvo, la enfermera dijo que tenía la presión baja, lo cual no era así, tenía taquicardia. Ella a esa hora presentaba todos los síntomas de un shock séptico, y nadie hizo nada». «A las seis de la mañana empezó a delirar, la enfermera le tomó la temperatura y tenía 38 de temperatura, le dio una Novalgina, y nunca la enfermera llamó a la médica de guardia. A la media hora, Martina se descompensó, tuvo un paro cardíaco y falleció»
Según el informe del médico legista, basado en la historia clínica, a Martina le realizaron maniobras deficientes de RCP con resultado frusto. «El inadecuado accionar asistencial, le hizo perder chance terapéutica por no ajustarse a las recomendaciones y prácticas médicas», figura en el informe.
«Se detalla que se interna una joven sin antecedentes de importancia con diagnóstico de litiasis vesicular. «Lo que se denuncia es una PERDIDA DE CHANCE. Un deficiente accionar médico, sin controles acorde a la práctica. Sin evaluación clínica ni de laboratorio» añade.
«Martina entra en shock séptico al menos 9hs antes del paro cardíaco, sin alarma medica alguna. Sin controles durante ese tiempo vital, ni de enfermería ni médicos. El momento del paro, aunque se interpreta que ya estaba sin posibilidades de recuperación (tenía 9hs de shock), no se realizan las maniobras según los protocolos ampliamente difundidos y de práctica habitual».
«Se perdió tiempo, se perdió chance, no se aplicaron los tratamientos a tiempo, no se controló ni tomo conducta médica. Martina dio todas las alarmas tanto clínicas como de laboratorio, las cuales no fueron interpretadas, atendidas ni controladas a tiempo, dejando un cuadro de shock séptico a la libre evolución» constata el documento.
Ahora, los familiares se encuentran en una larga lucha para exigir justicia por lo que califican «el homicidio de Martina, en manos del personal médico del Sanatorio Urquiza».