La familia de Brian “Mechi” Cantero, el joven de 23 años que murió atrapado por una máquina de la empresa Sein y Cia de Florencio Varela se movilizó en las últimas horas a la puerta de la fábrica. Lo hizo con el objetivo de participar de la inspección que les había prometido el ministerio de Trabajo de Quilmes, después de más de diez meses de reclamarle a las autoridades justicia por la muerte del joven.
La participación de la familia en dicha inspección tenía por objetivo evidenciar las condiciones de precarización que sufren los trabajadores de Sein y que ocasionaron la muerte del joven. Sin embargo, al llegar a la puerta de la planta las autoridades de la empresa les quisieron negar la entrada, con insultos y agresiones verbales.
Frente a esta situación, la familia de Mechi realizó una protesta frente a la planta que contó con el acompañamiento fundamental de los trabajadores organizados en la Coordinadora de Trabajadores en Lucha de la Zona Sur, quienes la rodearon de apoyo. “No puedo creer cómo ustedes se lavan la cara de esta forma. Mandaron a limpiar la sangre de mi hijo y ocultaron su muerte. Digan la verdad, digan lo que está pasando ahí adentro. Esto es una cadena de delitos, una cadena de porquerías. Mi hijo murió desangrado en una máquina y lo encontraron dos horas después porque nadie lo cuidó”, denunció la madre de Mechi frente a la planta junto a trabajadores de distintos sectores en lucha. Gracias a esta medida que mostró enorme solidaridad, las autoridades de la empresa tuvieron que abrir los portones y dejar ingresar a la familia.
Un día antes la madre de Mechi se había hecho presente en la reunión de la Coordinadora, realizada en la fabrica Ansabo de Solano recientemente reactivada por sus trabajadores y les había dicho: “Si yo estoy de pie después de lo que me pasó, ustedes tienen que estar más fuertes que nunca”, y recalcó la importancia de la unidad de los trabajadores. También denunció al sindicato de papeleros que nunca los apoyó en el reclamo de justicia por su hijo, y felicitó a los trabajadores que impulsan la Coordinadora para “unir las luchas y defender a los trabajadores que los sindicatos no defienden”.
La solidaridad de los trabajadores nucleados en la Coordinadora con la familia del joven Mechi Cantero muestra el potencial de la unidad de las filas obreras, de los trabajadores que resisten los despidos como Ran Bat, Siam, Coca Cola, de quienes deciden poner a producir bajo control obrero una planta que cierra, como Ansabo, y de las familias como la de Mechi que pierden a sus hijos producto de las condiciones de precarización laboral a las que son sometidos los jóvenes.
En nuestro país, más del 60% de los jóvenes está precarizado. En el conurbano, esta situación es mucho peor. Las burocracias sindicales siempre les dan la espalda, tratándolos como trabajadores de segunda, descartables. Cada 20 horas un trabajador muere por desidia patronal, estatal y de los Gobiernos de turno. Nuestras vidas para ellos no valen nada.
Es por eso que el rol que está jugando la Coordinadora de Trabajadores de la Zona Sur puede ser fundamental para enfrentar lo que nos espera con el régimen del FMI, sus políticos y sus perros guardianes, los burócrata sindicales. La unidad y la organización democrática de trabajadores ocupados, desocupados, de las comisiones de mujeres que se están poniendo en pie para enfrentar los despidos, y de quienes deciden enfrentar la precarización laboral y no permitir que ni un joven más muera por desidia patronal, como la familia de Mechi Cantero, es sin lugar a dudas, el ejemplo de la organización de una fuerza social que puede ser imparable.