En la elevación a juicio en contra del obispo Gustavo Zanchetta, el juez interino de la Sala II del Tribunal de Juicio de Orán, Mario Maldonado, declaró la nulidad del proceso y lo remitió al juzgado de origen para que se cumplan “los fines procesales correspondientes”.
El magistrado no cuestionó la elevación a juicio, ya que esa instancia es “irrecurrible”. Pero si cuestionó que no se cumplió con un tiempo para que venza una instancia judicial como la “excepción de falta de acción” que había interpuesto la defensa.
“El juez de Garantías, al remitir el expediente a la Mesa Distribuidora, debió esperar a que se cumplan los plazos previstos por la ley procesal penal. No obstante, la causa fue recepcionada por el Tribunal de Juicio al día hábil siguiente, por lo que resultó evidente que los plazos no se habían cumplido”, comunicaron desde el Poder Judicial.
El caso tomó relevancia internacional y recaló hasta Roma; Zanchetta está acusado de abuso sexual simple contra dos seminaristas, por la cercanía del obispo con el Papa y su polémico traslado al Vaticano luego de haber sido denunciado por cinco sacerdotes de la diócesis que dirigía el mismo Zanchetta. Las acusaciones que se asentaron fueron por abuso de poder, abuso sexual y desmanejos económicos.
A mediados de 2017, luego de las denuncias que incluían desmanejos de fondos públicos, Zanchetta fue trasladado como asesor del APSA, el organismo que administra las propiedades del Vaticano. Mientras que se adujo que el sacerdote se alejaba de la diócesis por “problemas de salud”.
“La leí y vi que era necesario hacer un juicio. Entonces lo pasé a la Congregación de la Doctrina de la Fe, donde se está preparando el juicio”, se defendió el Papa al referirse a las pruebas presentadas. El jefe de la Iglesia aseguró que le habían llegado solo las denuncias de “abuso de poder” y “mala relación con el clero”. Afirmaciones que fueros desmentidas por Juan José Manzano, uno de los sacerdotes que denunció a Zanchetta oportunamente.
El religioso aseguró que la segunda denuncia había sido acompañada con carta de seminaristas. Aunque defendió a Francisco e indicó que “Zanchetta era un hijo espiritual del Papa. Él fue una víctima más de su manipulación”. La Iglesia abrió un proceso canónico por las denuncias de abuso.
Fuente: El Tribuno de Salta