El Tribunal Oral N° 4 de Quilmes juzgará desde hoy al tío de Mayra Guadalupe Flores, la mamá de tres niños degollada en un albergue transitorio de la zona oeste de Quilmes en junio de 2021. Carlos Flores, de 51 años, podría ser condenado a la pena de prisión perpetua en caso de ser hallado como responsable material de los hechos ya que llega al debate acusado de “homicidio doblemente agravado por haber mantenido una relación de pareja y por haber mediado violencia de género”.
Desde hoy el fiscal Claudio Pelayo llevará adelante la acusación en contra del encartado. Flores fue detenido tiempo después del crimen y las tareas de investigación determinaron que el hombre había estado en el lugar del hecho a partir de las llamadas telefónicas del celular de la víctima que impactaron en las antenas cercanas al albergue transitorio La Notte, ubicado en avenida Tomás Flores al 2200 de la localidad de Bernal.
Además, la tarjeta SUBE demostró que a la hora que lo vieron salir del hotel se tomó un colectivo a tres cuadras de ese lugar. Tal consta en los cuerpos del expediente de la causa en poder de Flores la policía había secuestrado un celular Samsung A10 que tenía de fondo de pantalla una foto de la víctima y otro marca Motorola modelo C Plus que pertenecía a Mayra y no había sido encontrado.
Los hechos
El crimen de la joven Mayra Guadalupe Flores, madre de tres niños de 2, 4 y 7 años, fue descubierto cuando personal del establecimiento ingresó a la habitación 2, por lo que inmediatamente se alertó al 911.
Al llegar al lugar, efectivos de la comisaría 2da. de Quilmes constataron que la joven tenía una herida punzocortante en el cuello que le había provocado la muerte. Los investigadores establecieron que, cerca de las 18, la víctima había ingresado al lugar con un hombre y que media hora después pidió una cerveza. De acuerdo a lo recabado, el sospechoso se retiró del lugar a las 19.30 y el encargado del hotel ingresó luego a la habitación, donde la encontró asesinada.
El informe de la autopsia reveló que la víctima sufrió una “profunda puñalada en el cuello” y que no había signos de defensa ni de violencia sexual. Ahora los jueces Andrea Calaza, Alberto Ojeda y Edgardo Salatino serán los responsables de impartir justicia.