Este domingo, en conjunto con diócesis de todo el mundo, el Obispo Carlos Tissera dio inicio al “Año santo” en la Diócesis de Quilmes. “Todos juntos comenzamos con la peregrinación hacia la entrada de esta Catedral siguiendo la Cruz de Cristo nuestro Señor y llevando en el corazón la convicción que somos Peregrinos de la Esperanza”, como lo indica el lema de este jubileo.
“El jubileo”, explicó el obispo de Quilmes, “se llama, comúnmente, «Año Santo», no solamente porque comienza, se desarrolla y construye con los ritos sagrados sino, también, porque está destinado a promover la santidad de vida de cada uno, con una sincera renovación interior. Es un tiempo de gracia que nos invita, entonces, a vivir la alegría de la salvación. Es un momento propicio, una ocasión especial para comprender y celebrar el misterio de la Encarnación de Jesús en nuestra historia”.
Monseñor Tissera anticipó que “en cada Decanato de la Diócesis hemos designado distintas Iglesias Jubilares. Peregrinar hacia ellas será uno de los signos de este Año Santo. Caminar para encontrarnos con Dios; ir al encuentro de Alguien, que vive en el prójimo y en los sacramentos de la fe”, además, comentó que “el Papa Francisco nos anima este Año Santo a ser signos de esperanza para: los presos, los enfermos, los jóvenes, los migrantes, los ancianos, los pobres, marginados y descartados”.
Tissera explicó, también, distintos signos de este tiempo entre los que destacó la purificación de la memoria, la caridad, la memoria agradecida, y la Puerta Santa; y en relación a la preparación del Tercer Sínodo Diocesano que se celebrará en 2026 comentó que “Cada decanato se irá organizando para ser artífices de las grandes decisiones pastorales que se concretarán como líneas pastorales”.
El Obispo Carlos Tissera recordó que “en septiembre del 2025, comenzaremos el Año Jubilar Diocesano, para celebrar los cincuenta años de la Diócesis de Quilmes el 19 de septiembre de 2026. Las Bodas de Oro será un hito importantísimo del camino sinodal de esta Diócesis que nació bajo el pastoreo insigne de nuestro querido Padre Obispo Jorge Novak, peregrino y profeta de la Esperanza, amigo de Dios y de los pobres”.
Junto al Obispo de Quilmes, participaron de la celebración que se inició con la procesión y el ingreso por la puerta de la Iglesia Catedral, el Padre Obispo Eduardo Redondo, Auxiliar de la Diócesis de Quilmes, el Padre Obispo Juan Carlos Romanín sdb, emérito de Río Gallegos, que reside y colabora de manera activa en la diócesis, los sacerdotes, diáconos, religiosas y religiosos, y fieles de todas las comunidades de la diócesis que colmaron el templo y el atrio. Además, acompañó el pastor Arturo Blatezky.