La Federación de Educadores Bonaerenses (FEB), uno de los ocho gremios docentes de la provincia, desacató la conciliación obligatoria dictada por el gobierno de Axel Kicillof y mantuvo ayer el paro sectorial en rechazo a la propuesta salarial de 10% por dos meses. La protesta afectó el normal funcionamiento de escuelas en el interior bonaerense y tuvo menor impacto en el Conurbano.
El paro docente no provocó, como en otras ocasiones, que no hubiera clases en las escuelas del Conurbano, pero sí las autoridades provinciales y directivos consultados estimaron el ausentismo por el paro en 60% promedio, en establecimientos públicos.
Mientras desde la FEB informaron una adhesión del 95% de sus afiliados a la medida, en el gobierno provincial reconocieron que el acatamiento solo fue importante en municipios del interior bonaerense y remarcaron que se descontará el día de los maestros que adhirieron.

Lo de la FEB significó un doble desafío. Primero para Kicillof, que por primera vez en lo que va de su mandato un gremio estatal puso la guardia en alto y activó un paro en contra de su política salarial. Pero también fue una provocación para Roberto Baradel, un aliado del mandatario que encuentra un rival interno en su intento de liderar el frente de sindicatos docentes de la provincia.
La FEB, que es el segundo gremio docente más numeroso después del Suteba, es liderado por Liliana Olivera. Este gremio consideró “insuficiente” el aumento ofrecido por el gobierno provincial y se desmarcó de sus aliados del frente, que son: Suteba, Udocba, AMET y el Sadop.
La conciliación obligatoria solo busca cercenar el derecho a huelga”, señaló la FEB en su cuenta oficial de X. La medida convocada por la FEB tuvo además la adhesión del sector disidente a Baradel dentro del Suteba. Se trata de la lista Multicolor, con raíces en partidos de izquierda.