El ministerio de Capital Humano publicó los resultados de la Prueba Aprender 2024 y los datos son alarmantes: Solo el 14,2% de los estudiantes de los últimos años de secundaria alcanzó un nivel satisfactorio en Matemática.
En contraste, el 58% lo logró en Lengua, marcando una brecha educativa que refleja un problema de fondo en la enseñanza matemática en el país. La evaluación se realizó el 24 de octubre de 2024, con más de 379 mil alumnos de todo el país y una cobertura del 96,6% de las escuelas.
Más de la mitad de los jóvenes evaluados quedó por debajo del nivel básico en Matemática, y otro 31,2% apenas alcanzó el nivel mínimo. Desde la prueba de 2022, no se registran estudiantes en el nivel avanzado, lo que profundiza una caída que ya se venía notando desde el operativo ONE 2013.
El secretario de Educación, Carlos Torrendell, explicó que el Gobierno ya venía trabajando en propuestas para mejorar el aprendizaje de Matemática y reconoció que se trata de una problemática compleja. “La matemática es una lengua. Tiene un nivel alto de abstracción y necesita una formación sólida tanto en alumnos como en docentes”, señaló.

Torrendell remarcó además que la evaluación no tiene sentido si no se toman medidas posteriores. Destacó que cada escuela recibirá información detallada sobre sus resultados, lo que permitirá planificar mejoras concretas. En esa línea, María Cortelezzi, de la Subsecretaría de Evaluación Educativa, resaltó que Aprender es parte de una política sostenida con más de tres décadas de historia, y permite observar la evolución de los aprendizajes desde 2013 hasta hoy.
El informe también evidenció que el desempeño académico está fuertemente asociado al nivel socioeconómico, las trayectorias escolares y los hábitos de estudio. Los estudiantes sin repitencias ni sobreedad, y quienes estudiaron más de cinco horas por semana, lograron mejores resultados. Sin embargo, incluso con esfuerzo, los jóvenes de contextos vulnerables no consiguen equiparar los logros de los sectores más favorecidos.
Más allá del contenido académico, el estudio destacó un mayor compromiso de los estudiantes. El 70,2% de los habilitados hizo la prueba y bajó notablemente el porcentaje de alumnos que no participaron. Las respuestas “aberrantes” —que reflejan desinterés total— también disminuyeron al 1,5%.
Entre los pilares de la nueva política educativa nacional, Torrendell mencionó la alfabetización, la matemática y el uso responsable de la inteligencia artificial. Señaló que la IA debe usarse como una herramienta pedagógica, pero siempre con una base humanista. También alertaron sobre el uso problemático de tecnologías por parte de los jóvenes: el 20% confesó participar en apuestas online, y muchos no tienen control adulto sobre los tiempos de conexión.
En cuanto a participación escolar, todas las provincias superaron el 90% de cobertura, salvo Neuquén, con un 62%. Entre 2016 y 2024, además, hubo un crecimiento de más de 100 mil estudiantes en los últimos años del secundario, lo que representa una mejora en la retención escolar.
El informe concluye que no alcanza con ajustar contenidos. El modelo educativo actual, con materias fragmentadas y falta de espacios de estudio autónomo, no responde a las necesidades de los estudiantes que más apoyo requieren. Revertir la situación es posible, pero exige información clara, decisiones políticas firmes y un rol activo por parte de las escuelas y docentes.