Tras la escalada de violencia en Medio Oriente entre las naciones de Israel e Irán, el Gobierno nacional y el Ejecutivo de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) llevaron a cabo una serie de medidas preventivas en las sedes de las embajadas de ambos países, como así también controles en los pasos fronterizos.
En primer término, las autoridades de CABA, al mando de Jorge Macri, ordenaron a la Policía de La Ciudad reforzar la seguridad en las embajadas de Irán e Israel, así como en instituciones de la comunidad judía, ante la posibilidad de que se realicen manifestaciones en respuesta a la escalada del conflicto que se profundizó el pasado jueves.
En ese sentido, varios efectivos policiales y dos cápsulas del DIR (Despliegue de Intervención Rápida) se hicieron presentes en las sedes diplomáticas. Cada cápsula cuenta con cuatro policías equipados con cascos, escudos, dos escopetas, taser, byrna y una garrafa de gas pimienta.

Asimismo, fuentes del Ministerio de Seguridad confirmaron que se activaron protocolos especiales de prevención y se elevó el nivel de alerta a “intermedio”. Este despliegue de seguridad se realizó en respuesta a la intensificación de las tensiones entre Irán e Israel.
Es preciso mencionar que, el enfrentamiento entre Israel e Irán se profundizó en las últimas horas luego de que el gobierno israelí de Benjamin Netanyahu iniciara la llamada Operación León Naciente, con la que atacó preventivamente sedes nucleares y otros objetivos militares iraníes. La República Islámica respondió con una serie de ataques de aviones no tripulados y misiles balísticos.
En este marco, autoridades de Casa Rosada informaron que existe una coordinación activa con servicios de inteligencia israelíes y estadounidenses para estar al tanto de cualquier alerta y coordinar acciones ante cualquier intento de un eventual atentado.
Asimismo, el Ministerio de Defensa reforzó la seguridad en las fronteras con Bolivia, Brasil y Paraguay, y se monitorean posibles movimientos sospechosos vinculados al financiamiento del terrorismo. La decisión de reforzar la seguridad se enmarca en la historia reciente de Argentina, que fue blanco de dos atentados atribuidos a Hezbolá, organización que es apoyada por Irán.