El científico de la Universidad Nacional de Quilmes Juan Garona recibió la primera mención del “Premio César Milstein a la Investigación en Biotecnología con Impacto en la Salud” por el desarrollo de una estrategia para afrontar el cáncer colorrectal, el segundo más frecuente y de mayor mortalidad en Argentina. El primer premio lo recibió Ernesto Jorge Podestá, investigador del Conicet y la UBA, que colabora a su vez con el Centro de Oncología Molecular y Traslacional (COMTra) de la UNQ dirigido por Daniel Gómez.
Este galardón, organizado por el Conicet, la Fundación Pablo Cassará y el Instituto Milstein, busca dar visibilidad a las investigaciones que puedan contribuir al desarrollo de productos o procesos en biotecnología con impacto. Al mismo tiempo, apunta a potenciar la articulación público privada en el campo específico de la salud humana.
En ese marco, la 1° mención la obtuvo el doctor Juan Garona, investigador de la Universidad Nacional de Quilmes, del Hospital de Alta Complejidad “El Cruce” y del Conicet. Garona propone el uso de la ivermectina, un fármaco antiparasitario que se utiliza en todo el mundo hace más de 40 años, junto con la inmunoterapia para tratar a pacientes con cáncer colorrectal.

“La ivermectina induce una muerte particular en las células tumorales, que se denomina muerte celular inmunogénica, que es un tipo de muerte pro-inflamatoria. Básicamente, lo que hace es favorecer la presencia y la activación de las células del sistema inmune en el microambiente tumoral”, explica Garona a la Agencia de Noticias Científicas. De esta manera, la combinación de la ivermectina con una inmunoterapia logra que el sistema inmune reconozca y ataque las células tumorales.
Para llegar a estos resultados, en los ensayos el equipo del COMTra utilizó esta combinación de terapias dirigidas hacia una molécula denominada PD-1 presente en los linfocitos. El uso conjunto logró reducir la agresividad de un subtipo molecular particular de cáncer colorrectal, denominado MMR-competente, que tiene una respuesta limitada a quimio e inmunoterapia.
Así, la terapia combinada logró una inhibición de un 75 por ciento del crecimiento tumoral, y una reducción total en metástasis en pulmón, el segundo sitio más común de diseminación en este tipo de cáncer. Investigar este tumor es vital: es el segundo más frecuente y el segundo de mayor mortalidad en Argentina. Cada año, se diagnostican más de 15 mil nuevos casos y más de 7 mil personas mueren por esta causa.
“Además de tener un impacto favorable en la supervivencia, estaríamos incrementando el mercado de esta inmunoterapia. Son terapias biológicas de alto valor agregado y ese incremento de demanda podría ser satisfecho a través de la producción por parte de farmacéuticas de la región. Estamos hablando de un impacto sanitario y socioproductivo, con la mirada puesta como siempre en la soberanía sanitaria“, manifiesta el investigador.
En este contexto, Garona destaca que el trabajo es en equipo. De este proyecto, participan también las investigadoras y becarias Candela Llavona, Luisina Solernó, Florencia Gottardo, Valeria Segatori, Carla Capobianco, Georgina Cardama y Daniel Alonso. “Este premio es un reconocimiento al trabajo en equipo, a la dedicación en un contexto muy adverso y a la vinculación entre una institución hospitalaria, dedicada a la investigación traslacional y la asistencia, y nuestra universidad. En un plano mas personal, representa un hito en la consolidación del equipo de investigación en la Unidad de Investigación Biomédica en Cáncer del Hospital El Cruce y su eslabonamiento con el Centro de Oncología Molecular y Traslacional de la UNQ“, afirma el científico de la UNQ.
El Centro de Oncología en la cima
Además, el primer Premio se entregó a Ernesto Jorge Podestá, investigador del Conicet y de la Universidad de Buenos Aires. A su vez, en este trabajo colabora Daniel Gómez, director del COMTra. El proyecto investiga el desarrollo de un inhibidor selectivo de la enzima ACSL4, llamado PRGL493. Este compuesto es eficaz en bloquear el crecimiento de tumores en modelos de cáncer de mama y próstata. Además, logró hacer que las células tumorales vuelvan a ser sensibles a los tratamientos convencionales, como la quimioterapia y las terapias hormonales.
Lo que vuelve más atractivo a PRGL493 es que disminuye la producción de esteroides en las células de cáncer de próstata, un hecho que contribuye a la resistencia a los tratamientos actuales. Este desarrollo fue realizado completamente en Argentina, y actualmente está en proceso de transferencia tecnológica para su desarrollo como fármaco.
Contrario a los discursos oficiales, estos reconocimientos dan cuenta de la importancia que tiene la inversión en la ciencia, la tecnología, la salud y las universidades. Un conjunto de instituciones que funcionan juntas: las universidades producen ciencia para poder llegar a los centros de salud públicos y privados.
Fuente: Agencia de Noticias Científicas UNQ