Con la firma de los camaristas Mario Caputo y Patricia Patanella la Sala I de Garantías y Apelaciones de Quilmes revocó la prisión domiciliaria que se había otorgado al expolicía Norberto González, condenado por el homicidio del joven Victor Balza en Bernal en 2003. La decisión se conoció ayer pasado el mediodía y de esta manera González seguirá purgando la pena en una unidad carcelaria del Servicio Penitenciario Bonaerense.
En 2015, el Tribunal N° 5 había condenado al expolicía, Norberto González, a 12 años de prisión por el delito de “homicidio agravado por el uso de arma de fuego” y ordenaba que no vaya a la cárcel hasta que el fallo quede firme en segunda instancia, lo que se concretó en 2021. Semanas atrás sin embargo a requerimiento de la defensa de González se había otorgado la prisión domiciliaria, es decir la morigeración por cuestiones de salud de la esposa del encartado; dicha resolución fue recurrida ante la Cámara y en la víspera se revocó dicho fallo y se mantiene el arresto de González en una unidad.


“Que los argumentos expuestos por la defensa ante la instancia de momento no logran despejar el riesgo de frustración del cumplimiento de la severa condena, aún no firme, impuesta en primer instancia, resultando ello un parámetro válido para colegir dicho riesgo. Por todo ello, no encontramos circunstancias que garanticen, por el momento, que el riesgo de fuga y con ello la posibilidad de que se vean frustrados los fines del proceso, puedan ser neutralizados mediante una medida menos gravosa que el encierro cautelar que pesa sobre el encartado. Consecuentemente, corresponderá revocar el pronunciamiento apelado, disponiendo el mantenimiento de la actual situación de detención que pesa en cabeza de Norberto Darío González”; funda el fallo de la Sala I.
Víctor Balza, de 18 años, falleció el 9 de noviembre del 2003 en un calabozo de la comisaría Segunda de Bernal, producto de una herida de arma de fuego provocada por un policía que lo corrió pensando que era un ladrón, y le disparó cuando el chico huía asustado. Víctor fue trasladado a la sala de Don Bosco donde fue revisado por un médico, que nunca informó que tenía un disparo de arma de fuego y golpes. Catorce horas más tarde el joven murió.