Walter Gustavo Flores fue detenido por personal de la Comisaría 2° de La Plata de la Policía Bonaerense. Lo acusaron de asaltar una dietética ubicada en el centro en la capital provincial. Según la imputación en su contra, Flores irrumpió en el lugar a punta de pistola, ató a la empleada, la golpeó y se llevó los pocos pesos que había en la caja. Luego, huyó. La mujer logró zafarse de sus ataduras. Flores, insólitamente, no le había robado el teléfono. Así, llamó al 911 y la Bonaerense implementó un operativo cerrojo. Poco después, Flores, oriundo de Florencio Varela, fue arrestado en la esquina de las calles 4 y 40.
Flores, fue palpado de armas. Le encontraron una pistola, muy creíble a simple vista, que hasta tenía un cargador. Pero era de puro plástico, un juguete. Su identidad fue cruzada también con la base de datos policial, que arrojó que tenía un pedido de captura por robo a mano armada, requerido por la UFI N°1 de Berazategui, que databa de octubre de 2023.

Sorprendió su edad: 54 años, un veterano para el hampa, que jubila jóvenes a sus miembros, o un vitalicio. Sin embargo, lo más llamativo de todo fueron sus antecedentes. Descubrieron que, también, estuvo 16 años preso por matar.
Flores había comenzado su historia tumbera a principios de siglo, con causas registradas en fiscalía de La Plata por los delitos de robo y portación ilegal de arma de guerra. Estuvo preso en Magdalena. Luego salió y operó con un alias: se hacía llamar Javier, según otra causa en su contra, por el delito de falsificación de documento.
En 2007, el Tribunal N°3 de Quilmes lo condenó por el delito de homicidio en ocasión de robo. Volvió a la Unidad N°35 en Magdalena. Luego, fue trasladado a un penal en Florencio Varela, a 20 kilómetros de su dirección registrada.
En 2019, recibió el beneficio de las salidas transitorias. En mayo de 2023, recuperó finalmente la libertad. Y cinco meses más tarde, de acuerdo a la acusación en su contra, Flores robaba otra vez.