El Gobierno nacional, a través de los ministros Patricia Bullrich (Seguridad) y Mariano Cúneo Libarona (Justicia), presentó oficialmente los lineamientos del nuevo Código Penal. El proyecto busca reemplazar la normativa de 1921 —calificada por el oficialismo como «llena de parches»— y unificar más de 900 leyes dispersas en un solo cuerpo legal de 920 artículos.
Bajo la doctrina de «tolerancia cero», la reforma tiene como eje central terminar con la impunidad y proteger a las víctimas por sobre los victimarios.

Las 5 claves de la reforma
- Fin de la «puerta giratoria»: la reiterancia Es uno de los cambios más drásticos. Se incorpora la figura de la reiterancia, lo que significa que si una persona comete un delito mientras espera juicio por otro, esperará la sentencia preso. Esto busca terminar con la libertad automática para delincuentes que entran y salen de las comisarías.
- Piquetes y orden público: El proyecto endurece las sanciones contra quienes corten calles o rutas. Se busca penalizar específicamente los bloqueos que impidan la libre circulación y afecten el transporte público o los servicios esenciales, elevando las penas para los organizadores de estas protestas.
- Ampliación de la legítima defensa: Se refuerza la protección legal para las fuerzas de seguridad que actúen en cumplimiento del deber, evitando que «terminen siendo victimarios» por usar sus armas reglamentarias. También se amplía el concepto de legítima defensa para los ciudadanos que se defiendan de intrusiones en su propiedad.
- Corrupción y funcionarios públicos: Habrá un aumento considerable de penas para delitos de corrupción (cohecho, malversación). Un punto destacado es la eliminación de las jubilaciones de privilegio para funcionarios condenados.
- Nuevos delitos y agravantes: El código se actualiza al siglo XXI incorporando figuras que antes no existían:
Ciberdelitos: Estafas digitales y uso de Inteligencia Artificial para cometer ilícitos.
Delitos ambientales: Se tipifica la contaminación agravada.
Violencia: Se crean figuras específicas para castigar el accionar de las «barras bravas» en el fútbol y se incorporan delitos como el stealthing (retiro no consentido del preservativo) y la pornovenganza.
Penas más duras
El texto propone elevar las escalas penales para delitos comunes que hoy son excarcelables. Por ejemplo, el hurto (hoy de 1 mes a 2 años) pasaría a tener una pena de hasta 3 años, y el robo simple con violencia podría llegar a los 10 años de prisión, buscando que el castigo sea de cumplimiento efectivo.
