El conflicto en el transporte público de pasajeros se agravó ayer en Quilmes tras la decisión de los trabajadores de la empresa Micro Ómnibus Quilmes (MOQSA) de plegarse a la medida de fuerza que mantienen los choferes de la línea 148, sin embargo depusieron su actitud en horas de la tarde y normalizaron el servicio que une al Blanquito con CABA.
La protesta de la línea 148, que cumplió una semana, incluyó una caravana de choferes para exigir el pago del aguinaldo, parte de los salarios y otros beneficios adeudados. La movilización llegó hasta la sede de la Unión Tranviarios Automotor (UTA) y culminó con un corte en el puente Pueyrredón, afectando seriamente los accesos entre Quilmes, el conurbano y la Ciudad de Buenos Aires.

Desde el sector de los choferes de El Nuevo Halcón, pertenecientes a la empresa MOQSA, recordaron que el conflicto se arrastra desde hace más de un año con reclamos constantes por deudas acumuladas. Según señalaron, la empresa atribuye los retrasos al Estado nacional por la falta de cumplimiento en el pago de los subsidios al transporte en tiempo y forma.
La paralización del servicio afecta a miles de usuarios de Quilmes, Varela y la zona sur, quienes enfrentan serias dificultades para trasladarse en una jornada marcada por la incertidumbre y la falta de señales de una resolución inmediata al conflicto laboral.
