El presidente Alberto Fernández se mostró ayer junto al gobernador bonaerense, Axel Kicillof, en una fuerte señal de respaldo político al mandatario y a los intendentes del Gran Buenos Aires, renovó las críticas hacia la gestión de Cambiemos y reflotó la polémica sobre la salida de presos en el contexto de la pandemia del coronavirus.
Al anunciar ayuda para obras de infraestructura municipal, Fernández criticó la falta de urbanización en la zona de la Villa Azul , donde hubo un brote de contagios de coronavirus, que pertenece al partido de Quilmes, gobernado hasta diciembre por el macrista Martiniano Molina . “En una de las intendencias [por el kirchnerista Jorge Ferraresi, de Avellaneda], el barrio popular tiene condiciones de dignidad, con centros deportivos, escuelas, pero cruzando la calle ese desarrollo no se hizo”, dijo.
Luego, el mandatario apuntó contra Mauricio Macri por la situación en las cárceles de la provincia. “Tener la mano dura, encarcelar a todos y no construir cárceles no tiene sentido. Eso es todo marketing” , señaló.
“Y tener ahora en las cárceles a personas en riesgo y que el Estado no reaccione ante el riesgo sanitario es un acto inhumano. Nosotros abrazamos la política porque la humanidad es lo que nos importa”, aseguró.
En otro tramo de su discurso, el Presidente llamó a construir un país más justo. “La pandemia nos dejó la muestra de la desigualdad en la que vivimos. Lo primero que debe enseñarnos es que vivimos en un país injusto y ahora nadie tiene excusa de decir ‘no me di cuenta’, todos lo vimos”, remarcó, publicó La Nación.
El mandatario dijo que pretende construir un país “federal” e integrado. “El coronavirus demuestra el efecto real, las consecuencias del hacinamiento”, planteó.
“Cada vez que veo todos estos desafíos a los que la pandemia nos expone, siempre digo que, entre tanto dolor, tenemos la suerte de que ese país más justo que hay que construir nos tocó a construirlo a nosotros”, concluyó.
Fernández presentó un plan de ayuda para obras de infraestructura municipal. Se espera que lleguen al menos unos 200 o 300 millones de pesos, a cada comuna , para realizar pequeñas obras como arreglos de hospitales, bacheos o reparación de escuelas donde funcionan comedores escolares.
La idea es promover el empleo mediante el trabajo de unas 200 personas por cada distrito, con micro intervenciones para sostener economías cada vez más frágiles.
Los intendentes del conurbano enfrentan hoy la situación más dura en la lucha contra el COVID-19. No sólo se expanden los focos de contagio en barrios populares y asentamiento, sino que afrontan, además, una dura situación económica en sus distritos con más del sesenta por ciento de la población por debajo de la línea de pobreza y dificultades para pagar sueldos de empleados públicos. Los alcaldes ya recibieron ayuda del Estado provincial para pagar un tercio de los sueldos de empleados en abril, pero dicen que no les alcanza. Ahora esperan desembolsos de efectivo para pagar sueldos de mayo. La recaudación municipal cayó más del 40 por ciento. Y la nomina salarial no se puede afrontar sin ayuda del gobierno central en la mayoría de las comunas.