El sacerdote Franco Lutens, detenido hace dos semanas en Ranelagh, cuenta con nuevo patrocinio legal, es asistido por la abogada particular Julia Josefina Massaro; el religioso -que fue apartado de su labor pastoral en 2024 por el Obispado de Quilmes- está acusado de abusos sexuales contra menores de edad cometidos en una parroquia de Berazategui que estaba a su cargo años atrás.
Asimismo la fiscal Bárbara Velasco, a cargo de la investigación, titular de la UFI N° 8 de delitos contra la integridad sexual, se encuentra trabajando en torno a la prueba en contra de Lutens y se definirá el requerimiento de prisión preventiva. Lutens fue separado de la Iglesia por la propia Diócesis de Quilmes, luego de que se conocieran el año pasado las denuncias por abuso sexual que habían hecho al menos tres jóvenes.
Fue entonces cuando el cura dejó la iglesia María Virgen Madre del Pueblo de Berazategui, para ser trasladado a una vivienda de la localidad de Ranelagh donde semanas atrás quedó detenido acusado de abuso sexual gravemente ultrajante agravado; abuso sexual con acceso carnal en concurso real reiterados, agravado por haber sido cometido por ministro de culto.


Las denuncias en contra del sacerdote son acompañadas por la ONG Sobrevivientes de Abusos Eclesiásticos en Argentina que incorporaron además amenazas que recibieron desde distintos perfiles de redes sociales falsos; que derivó en otros procesos judiciales.
Además, la denuncia fue acompañada por la doctora Fernanda Raia, y coincidieron en que “existen más víctimas” y aseguraron que el párroco estudió psicología “porque eso lo ayudaba para sus abusos y le brindaba herramientas que utilizaba para perfeccionar su modus operandi”. Además, destacaron que recién ahora que la causa tiene mayor visibilidad las víctimas “sienten algo de alivio”.
Ahora Lutens es asistido por la doctora Massaro y las próximas horas podrán ser relevantes en torno a la suerte procesal que seguirá la causa.