Gustavo Zanchetta, obispo emérito condenado en el 2022 a cuatro años y medio de cárcel por abuso sexual a dos exseminaristas de Orán (Salta), viajó a Roma para realizarse un tratamiento médico.
El religioso quedó detenido el mismo día de la condena, pero a los cuatro meses logró el beneficio de la prisión domiciliaria y, ahora, el permiso para viajar por parte del Tribunal de Impugnación ya que el tribunal que lo juzgó rechazó y dio la autorización para la práctica dentro del país. La cirugía se la realizará en el Policlínico Universitario Gemelli de la capital italiana, donde se atienden históricamente los Papas.
El obispo emérito y exmiembro de la Diócesis de Quilmes fue juzgado por abuso sexual simple continuado agravado por ser cometido por un ministro de culto religioso reconocido en marzo del 2022 y fue condenado por los jueces María Laura Toledo Zamora, Raúl Fernando López, y Héctor Fabián Fayos. Los fiscales Pablo Rivero y Soledad Filtrin Cuezzo pidieron la pena de cuatro años y seis meses de prisión efectiva y la “inmediata” detención del religioso. Esa fue la condena.
El defensor oficial, Enzo Giannotti, había pedido la absolución. El abogado canonista Javier Belda Iniesta fue quien ejerció la defensa en el proceso canónico por abuso sexual. Tiempo después fue designado por el Papa Francisco como mediador en el conflicto entre las monjas de clausura del Convento San Bernardo de Salta y el Arzobispado. Hace unas semanas se conoció que fue secularizado y dispensado de sus votos sacerdotales directamente por el Papa Francisco. Y se casó.
En julio del 2022 los mismos jueces que condenaron a Zanchetta aceptaron que haga detención domiciliaria, con el uso de la pulsera electrónica y el control por parte de la Unidad de Arresto Domiciliario por Monitoreo Electrónico dependiente del Servicio Penitenciario. En esa oportunidad tuvo en cuenta los distintos informes médicos.
Zanchetta estuvo internado en una clínica de la ciudad de Orán, presentando un cuadro de evolución aguda, asociada a hipertensión arterial severa, con afectación del estado general. “Siendo una persona condenada sin sentencia firme, con patologías de carácter grave y con riesgo de muerte”, señala la autorización a cumplir prisión domiciliaria. Una vez dado de alta regresó al Monasterio Nuestra Señora del Valle.
Ahora el obispo emérito pidió permiso para realizarse un tratamiento médico en Roma.