El Gobierno nacional decidió suspender el plan de privatización de Trenes Argentinos Operaciones (SOFSE) y, en cambio, destinar más de 52.798 millones de pesos a obras de infraestructura y compra de maquinaria.
La decisión implica que, por ahora, no habrá venta de activos ni concesión de tramos. En el Ejecutivo admiten que, en su estado actual, la empresa no resulta atractiva para el sector privado. La tarifa que pagan los usuarios cubre apenas el 7,8 por ciento del costo real del servicio y el resto proviene de subsidios estatales.

Los números oficiales muestran un déficit abultado. Los ingresos estimados para este año son de 83.801 millones de pesos, mientras que los gastos operativos trepan a 1,062 billones, lo que deja una pérdida proyectada de 978.773 millones. La compañía cuenta con 23.271 empleados y el gasto salarial representa el 74,3 por ciento de su presupuesto.
En el oficialismo reconocen que la única forma de hacerla rentable sería recortar más de 10 mil puestos y aumentar las tarifas, aunque por el momento no está previsto. La única privatización ferroviaria que sigue en pie es la de Belgrano Cargas.