Se cumplieron ayer 21 años de la tragedia que costó la vida a cuatro menores en la comisaría Primera de Quilmes y que marcó un antes y un después en la barriada de Villa Itatí. El recuerdo de Diego Maldonado, Elías González, Manuel Figueroa y Miguel Aranda vive en la Plaza de la Estación de Quilmes, en donde se encuentra la señalización como las pinturas en el asfalto que rezan “Justicia por Diego, Elías, Manuel y Miguel”.
El 20 de octubre de 2004, un incendio en la Comisaría Primera de Quilmes terminó con la vida de cuatro jóvenes de entre 15 y 17 años: Diego Maldonado, Elías González, Manuel Figueroa y Miguel Aranda. Ellos estaban alojados en condiciones inhumanas de detención y eran víctimas de torturas sistemáticas; ese día, tras el incendio, los policías requisaron y golpearon a las víctimas antes que auxiliarlos.

Luego de la masacre, el ministro de Seguridad León Arslanian prohibió por resolución el alojamiento de menores de edad en dependencias policiales.
La Masacre de la Comisaría Primera de Quilmes ocurrió el 20 de octubre de 2004. Ese día había 17 jóvenes menores de 18 años detenidos en dos calabozos ciegos de 3 por 4 metros cada uno, en condiciones de aislamiento y hacinamiento extremo. La mayoría de estos jóvenes estaba esperando un traslado a un centro de detención juvenil o de rehabilitación por consumo problemático.

Ese día luego de otra violenta requisa, Diego Maldonado, uno de los chicos detenidos, recibió una carta con la noticia del fallecimiento de su hermana menor, por lo que solicitó permiso para asistir al velatorio. La policía le negó eso y la comunicación con su familia. Como medida de protesta, los chicos prendieron fuego un pedazo de colchón y, a pesar de los gritos de auxilio, los policías demoraron 15 minutos en abrir el calabozo.
Además del accionar policial que demoró el auxilio, la dependencia policial no contaba con las medidas de seguridad necesarias para combatir el incendio. Los jóvenes terminaron intoxicados por la inhalación del humo que desprendían los colchones y con quemaduras; a pesar de las graves lesiones, los policías volvieron a golpearlos y los amontonaron en la cocina del lugar para interrogarlos por el incendio.
Diego Maldonado de 16 años, Elías González de15, Manuel Figueroa de 17 y Miguel Aranda de 17 fallecieron en las horas y días siguientes por intoxicación y por las quemaduras generadas por el incendio. El resultado de las autopsias también dio cuenta de las golpizas a las que habían sido sometidos.
Recién 11 años después de la masacre se realizó el juicio. La Masacre de Quilmes se erigió como caso testigo de una época. La muerte de los cuatro jóvenes evidenció la inexistencia de dispositivos de protección y promoción de derechos de los detenidos en las comisarías.
Tras los hechos, y mediante la resolución 1623/04 publicada en el boletín informativo del 25 de octubre de 2004, el ministro de Seguridad, León Carlos Arslanian, dispuso prohibir “el alojamiento de menores en dependencias policiales, instruyéndose a los titulares de las mismas para el cumplimiento estricto”.
Señalización
En 2022 se colocó una placa recordatoria en la Comisaría N° 1 de Quilmes como una señalización en la plaza de la estación de Quilmes. Por estos hechos en 2015 fueron juzgados y condenados el ex comisario Juan Pedro Soria, el subcomisario Basilio Vujovic, el oficial inspector Fernando Pedreira, el cabo Hugo D´Elia, los agentes Franco Góngora, Gustavo Altamirano y Elizabeth Fernanda Grosso y los oficiales Gustavo Ávila, Héctor Jorge Gómez y Juan Carlos Guzmán. Los policías recibieron penas de entre 3 y 16 años de prisión. Además se condenó a la policía Elida Guaquinchay Bogado por “omisión de denunciar tormentos”.