Se realizaron esta semana los alegatos en el caso de Iñaki Bohn Rioboo, el pequeño de 11 años que murió tras recibir una descarga fulminante de una farola en Altos de Hudson II en febrero de 2017. Más allá de las penas a 5 años de prisión e inmediatas detenciones solicitadas por la parte acusadora por “homicidio culposo” para Santiago Collavini (administrador del country) como para Rubén Levy (electricista matriculado) el denominador común en las alocuciones fueron “falta de mantenimiento, instalaciones eléctricas deficientes e injertos de cables” en lo citado por el fiscal como los abogados que representan al particular damnificado.
El primero en exponer fue el doctor Jorge Squeo que cerró su petición punitiva con una frase tajante: “en este juicio los escuchamos a todos, a todas las voces, al único que no vamos a escuchar nunca más…es a Iñaki”. El fiscal enumeró las deficiencias referidas por los testigos que declararon, incluidos los peritos: “un disyuntor hubiera evitado este hecho, un tablero reglamentario hubiera sido necesario para que esto no sucediera; pero paso, porque la falta del deber de cuidado en un lugar donde residía gente, que estaba expuesta porque todas las farolas estaban así” enfatizó el fiscal Squeo.


Luego expuso la doctora Marina Ameal, que junto a Fernando Burlando y Fabián Amendola patrocinaron al papá de Iñaki: “soportamos burocracia, palos en la rueda, ocho años de dilaciones en un proceso extenso. Fui muchas veces a Altos de Hudson II, donde sucedió lo de Iñaki, no les importó e hicieron oficinas en ese espacio donde se dio el evento fatal, con un desprecio por el dolor ajeno total”.
Amendola y Zimerman
El doctor Fabián Amendola fue categórico con respecto a los hechos: “el delito culposo esta claramente acreditado; hay innumerables incumplimientos, violaron normas reglamentarias. Todas las instalaciones deben proteger la vida humana y acá no paso; ausencia de jabalina puesta a tierra; disyuntor; fichas térmicas, simplemente enumero; ausencia de cable conductor que evidenció un defecto constructivo; las anomalías han sido groseras, fueron desoídas las alarmas y el resultado fue la muerte de una criatura de 11 años”.
Finalmente cerró el doctor Carlos Zimerman -particular damnificado que patrocina a la mamá de Iñaki-: “esto no fue un accidente, fue un hecho evitable, un disyuntor hubiese hecho no pasar tanto dolor. Ni disyuntor, ni térmicas, ni tablero, claramente hay responsabilidad del electricista matriculado, no se hicieron las cosas como correspondían, desde el emplazamiento de las obras originales de Altos de Hudson II hubo irregularidades, hay cuestiones de origen insalvables y Levy debió representarse el riesgo al no colocar medidas de seguridad mínimas”.
“…Señores, ninguna farola del country tenía jabalinas bajo el amparo de Collavini, bajo el conocimiento de Collavini que fue desplazado a la luz de los hechos; ocho años debió esperar esta familia, adhiero a lo expuesto por el fiscal y valorar que nos costó mucho llegar a esta instancia; acá hubo desidia en una construcción que era nueva”, enfatizó.
Vale recordar que el fiscal desistió de los cargos en contra de Hernán Lucero, responsable de la empresa de mantenimiento y se dispuso su absolución. Asimismo las defensas de Levy y Collavini alegaron por libres absoluciones al momento de fundamentar sus requisitorias a cargo de los letrados Matías Ituruburu; Nicolás Corletto y Gustavo Frasquet.
El lunes 22 a las 14.30 será el veredicto del Juzgado Correccional N° 5, a cargo de la jueza Sandra Martucci.
